El único portaaviones de Rusia por fin "se hizo a la mar". El Almirante Kuznetsov, está en marcha después de pasar aproximadamente 10 meses en en dique seco en el astillero naval de Sevmorput, en el noroeste del país.
El Político
Sin embargo, el Almirante Kuznetsov ha sufrido una serie de desafortunados acontecimientos desde su reintroducción en servicio en 2017.
Esta semana, un medio de comunicación estatal ruso reveló imágenes que mostraban al gran buque siendo arrastrado por un remolcador.
Aunque los funcionarios de la Corporación de Construcción Naval de Rusia afirman que todo el trabajo submarino necesario para revivir el portaaviones está completo, un futuro largo y fructífero para el Almirante Kuznetsov no es una perspectiva probable.
En diciembre, los medios rusos informaron por primera vez de que el portaaviones había iniciado el proceso de retirada del dique seco.
Apenas unas semanas antes, se produjo un incendio “menor” a bordo del buque, y el Ministerio de Defensa ucraniano indicó que el Almirante Kuznetsov era incapaz de desplazarse por sus propios medios.
Aunque estos pocos incidentes por sí solos pintan un panorama desalentador del único portaaviones ruso, el buque ha sufrido mucho más desde que se iniciaron sus trabajos de reacondicionamiento.
¿Por qué es importante?
Desarrollado inicialmente a principios de la década de 1990, el Almirante Kuznetsov fue el único portaaviones que sobrevivió a la disolución de la Unión Soviética.
Junto al Kuznetsov se construyó un buque gemelo que, sin embargo, no estaba terminado cuando la URSS y fue finalmente recuperado por Ucrania.
A diferencia de los portaaviones estadounidenses, la misión principal del Kuznetsov es apoyar y defender a los buques de superficie y submarinos rusos y no se espera que navegue largas distancias para proyectar poder.