Samsung Electronics obtuvo en 2016 un beneficio operativo de 29,2 billones de wones (23.358 millones de euros/25.137 millones de dólares), un 10,7 por ciento más que el año anterior, pese a las pérdidas de su división de telefonía tras el fiasco del Galaxy Note.
En el cuarto trimestre su ganancia operativa fue de 9,2 billones de wones (7.350 millones de euros/7.910 millones de dólares), lo que supone un 50,11 por ciento más que lo registrado en el periodo octubre-diciembre de 2015 gracias a las ganancias derivadas de su rama de semiconductores.
Esta cifra es, además, un 77,34 por ciento superior a la del trimestre julio-septiembre, en la que el beneficio operativo de Samsung se resintió por los casos de incendio de sus teléfonos Galaxy Note y su posterior retirada.
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Este suceso causó a la empresa una pérdida operativa de 6,1 billones de wones (4.876 millones de euros/5.247 millones de dólares).
"Los resultados del cuarto trimestre vinieron impulsados por el negocio de componentes, principalmente los segmentos de unidades de memoria y pantallas", detalló la empresa en un comunicado, en el que destacó el efecto favorable del fortalecimiento del dólar frente al won surcoreano, algo que multiplica su competitividad y beneficios.
Aunque la facturación de la compañía el cuarto trimestre del año pasado fue de 53,3 billones de wones (42.586 millones de euros/45.793 millones de dólares), apenas un 0,03 por ciento interanual más, Samsung anunció hoy también una recompra de acciones por valor de unos 9 billones de wones (7.191 millones de euros/7.736 millones de dólares).
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Todas estas señales de solidez financiera contentaron a los inversores, y una hora después de iniciada la sesión en la Bolsa de Seúl los títulos de la empresa con sede en Suwon (al sur de Seúl) se apreciaban un 0,37 por ciento.
Los datos publicados hoy suponen un respiro para la empresa tras el fiasco del Galaxy Note y la implicación de la compañía en el escándalo de corrupción de la "Rasputina" que ha sacudido Corea del Sur.
Esto último llevó a la fiscalía a pedir la semana pasada una orden para detener al número uno del grupo Samsung y vicepresidente de Samsung Electronics, Lee Jae-yong, que finalmente no se materializó al ser desestimada por un tribunal, evitando el que habría sido un durísimo golpe para el conglomerado.
Con información de EFE