Voceros de la Casa Blanca confían en que las sanciones económicas impuestas a la Federación Rusa por la invasión a Ucrania, también incidan en las economías de dos naciones aliadas a Moscú: Venezuela y Cuba.
Mario Beroes/El Político
En el caso venezolano las repercusiones han preocupado al dictador Nicolás Maduro Moros, quien según filtraciones, habría llamado a su homólogo, Vladímir Putin, preocupado, entre otras cosas, por el oro venezolano depositado en las bóvedas del banco central ruso.
Una fuente que estuvo presente en la conversación iniciada en el Palacio de Miraflores, dijo que "Maduro debe estar bastante preocupado".
"Si bien la guerra de su homólogo ruso, Vladimir Putin, contra Ucrania está lejos de Venezuela, las consecuencias de las sanciones se harán sentir en el régimen socialista de Caracas"
Rusia se ha convertido en un importante punto de trasbordo para Venezuela.
Maduro utiliza el sistema bancario ruso para esquivar las sanciones estadounidenses y poder seguir exportando petróleo y también grandes cantidades de oro.
Por otra parte, el régimen necesita divisas para, a su vez, poder importar alimentos y otros bienes para Venezuela.
Por eso, la exclusión de Rusia del sistema financiero internacional pondrá al gobernante venezolano en problemas aún mayores, afirmó el economista, Leonardo Palacios.
EEUU incrementa las presiones
El sábado en la tarde, una delegación de cinco miembros del gobierno de Joe Biden se reunieron en Caracas con Nicolás Maduro y varios representantes de su gabinete ejecutivo, según se dijo "buscando aislar más a Rusia de sus aliados latinoamericanos".
Ya bajo la presión de las sanciones impuestas por EEUU que, entre otros, están dirigidas a empresas venezolanas estatales y a instituciones como el Banco Central de Venezuela.
Por otra parte, la petrolera estatal PDVSA trasladó su filial europea de Lisboa a Moscú y desde entonces, todas las operaciones financieras concernientes a las exportaciones de petróleo y oro venezolanos se manejan desde la capital rusa, cuando antes se desarrollaban directamente a través del Banco Central.
De ese modo fue relativamente fácil esquivar las sanciones de EEUU.
Pero a partir de la exclusión de los bancos rusos del sistema financiero internacional SWIFT, también se le cortó a Venezuela la conexión con sus operaciones internacionales más importantes.
Sin petróleo, sin cifras
El Gobierno venezolano oculta las cifras del Banco Central, así como los índices económicos más relevantes, por lo cual es difícil estimar cuán afectada está PDVSA, y con ella, el Estado venezolano.
Hace tiempo que el petróleo no es el factor económico de peso, como en épocas pasadas.
En los últimos 20 años, la producción de crudo en Venezuela ha bajado de 3,3 millones de barriles a menos de 70.000 barriles debido a la corrupción, mala gestión y falta de inversiones.
El comercio con petróleo a través de Rusia y otros países, como por ejemplo Irán, ha demostrado ser un importante salvavidas para el régimen de Maduro.
¿Y el oro?
Otra ayuda económica es el oro.
Venezuela posee grandes reservas minerales en la cuenca del río Orinoco, en la que también Rusia ha invertido hace algunos años alrededor de 1.000 millones de dólares.
Moscú participa en esa zona de más de 100.000 kilómetros cuadrados, donde se estima que hay unas 7.000 toneladas de oro, cobre, diamantes, hierro, bauxita y otras reservas.
Un territorio muy disputado, ya que las minas son controladas, en parte, por organizaciones criminales y grupos de la guerrilla colombiana, que criminalizan aún más el panorama.
Entre un 70 y un 90% del oro se extrae y se negocia de manera ilegal, también con ayuda de funcionarios de alto rango.
A nivel regional, la guerra en Ucrania encarecerá las materias primas, especialmente el petróleo y el oro.
De eso podrían beneficiarse ciertos países, teóricamente, también Venezuela.
A corto plazo, sin embargo, la presión aumentará a causa de la inflación, que aumentará más todavía por el alza de los precios de los alimentos.
Venezuela depende de la importación de alimentos, especialmente del trigo de Rusia.
Las sanciones podrían tener un efecto muy negativo sobre esas importaciones.
Esta es, según muchos analistas, la razón o una de ellas de la visita de los funcionarios estadounidenses, y también está la posibilidad de que "la oposición en Venezuela aumente la presión sobre Maduro.”
"Cuba, en un difícil acto de equilibrio”
Por su parte, el gobierno cubano ha tomado su tiempo para demostrar su apoyo a Putin.
En una declaración el gobierno cubano hace responsable de la escalada a Estados Unidos y a la OTAN, debido a ‘un creciente acorralamiento militar’, y acusa a la alianza, apuntando a la guerra contra Yugoslavia, de ‘hipocresía y doble moral’.
‘El empeño estadounidense en continuar la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia, ha conducido a un escenario, con implicaciones de alcance impredecible, que se pudo evitar’, escribió el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano (Minrex).
‘No resulta posible examinar con rigor y honestidad la situación actual de Ucrania, sin valorar detenidamente los justos reclamos de la Federación de Rusia a los Estados Unidos y la OTAN y los factores que han conducido al uso de la fuerza y la no observancia de principios legales y normas internacionales"
"Cuba suscribe y respalda con todo vigor y son referencia imprescindible, particularmente para los países pequeños, contra el hegemonismo, los abusos de poder y las injusticias", continúa el comunicado.
La mención de la no observación de principios legales y normas internacionales podría ser interpretada como una crítica al proceder de Rusia.
"Cuba es un país defensor del Derecho Internacional y comprometido con la Carta de las Naciones Unidas, que siempre defenderá la paz y se opondrá al uso o amenaza de la fuerza contra cualquier Estado"‘, señala la cancillería antillana.
¿Buscando un equilibrio?
Asimismo, subraya que ‘fue un error ignorar durante décadas los fundados reclamos de garantías de seguridad por parte de la Federación Rusa. Rusia tiene el derecho a defenderse"‘.
"Abogamos por una solución diplomática seria, constructiva y realista de la actual crisis en Europa, por medios pacíficos, que garantice la seguridad y soberanía de todos, así como la paz, la estabilidad y la seguridad regional e internacional."
Cuba, con esto, intenta lograr un equilibrio, ya que el Gobierno de La Habana se enfrenta a un dilema. No puede criticar el imperialismo de EE. UU. y la doctrina Monroe de 1823, con la que EE. UU. se declaró dueño de América, y, al mismo tiempo, aprobar la invasión rusa y la doctrina de Putin, que extiende la esfera de influencia de Rusia a todas las antiguas repúblicas soviéticas.
Esto se ve agravado por el hecho de que Rusia es considerado por Cuba un socio estratégico. Ambos países han suscrito nuevos acuerdos económicos conjuntos en los últimos años.
En una conversación telefónica, a fines de enero, Putin y Díaz-Canel, expresaron su disposición a profundizar la ‘cooperación estratégica’ y ‘fortalecer las relaciones bilaterales’.
Dos altos políticos rusos visitaron la isla días después.
En 2014, Moscú ya había condonado el 90% de la deuda de Cuba, de 35.300 millones de dólares.
Los cuellos de botella de liquidez de La Habana han hecho que gran parte de los proyectos económicos conjuntos acordados se está estancando.