El sargento Korbein Schultz, analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos, fue sentenciado a siete años de prisión tras declararse culpable de vender información clasificada a un individuo asociado con China. Este caso, investigado por el FBI y el Departamento de Justicia, representa una de las filtraciones internas más graves en materia de seguridad nacional en los últimos años.
Schultz, quien estaba asignado al 506.º Batallón de Infantería en la base Fort Campbell, ubicada en la frontera entre Kentucky y Tennessee, accedió ilegalmente a documentos altamente sensibles entre junio de 2022 y marzo de 2024. Durante ese período, entregó al menos 92 archivos que contenían detalles técnicos y estratégicos sobre sistemas de armas avanzadas, incluyendo defensas antimisiles y aviones de combate de última generación.
Además, compartió análisis sobre despliegues militares en regiones clave como Corea del Sur y Filipinas, así como evaluaciones tácticas relacionadas con la defensa de Taiwán, basadas en las lecciones aprendidas del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Por su actividad ilícita, Schultz recibió aproximadamente 42,000 dólares a través de múltiples transacciones electrónicas. En agosto de 2024, se declaró culpable de conspiración para divulgar información de defensa nacional, exportación ilegal de datos técnicos y aceptación de sobornos como funcionario público. Aunque enfrentaba una posible condena de hasta 55 años, un acuerdo con la fiscalía permitió reducir su sentencia a siete años de prisión.
En detalle
Las autoridades estadounidenses calificaron sus acciones como una traición que puso en riesgo no solo la seguridad de las fuerzas armadas, sino también la estabilidad de aliados estratégicos. El Ejército de Estados Unidos confirmó la baja deshonrosa de Schultz y señaló que el caso ha impulsado una revisión exhaustiva de los protocolos de acceso a información clasificada. Por su parte, el FBI continúa investigando posibles redes de espionaje vinculadas a esta operación.
Este caso se enmarca en un contexto de creciente preocupación por las actividades de inteligencia extranjeras, especialmente de China, que en los últimos años ha intensificado sus esfuerzos para obtener tecnología militar y datos estratégicos de Estados Unidos. En 2024, otros miembros de las fuerzas armadas y contratistas civiles también fueron condenados por delitos similares, lo que refleja la magnitud del desafío que enfrentan las agencias de seguridad.
Expertos en defensa advierten que la información filtrada sobre tácticas y estrategias relacionadas con Taiwán podría afectar la capacidad de disuasión estadounidense en una región de alta tensión geopolítica. Por ello, la sentencia contra Schultz no solo busca castigar un delito grave, sino también enviar un mensaje claro sobre la importancia de proteger los secretos nacionales.
Tras cumplir su condena, Schultz estará bajo supervisión federal durante tres años adicionales. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad continúan reforzando sus mecanismos para prevenir futuros casos de espionaje interno que puedan comprometer la seguridad nacional.