Tras el desenlace inconcluso de las elecciones generales españolas el pasado domingo, a las fuerzas conservadoras de la nación ibérica se les redujeron las posibilidades de llegar al poder. Aunque el centroderechista Partido Popular (PP) fue el más votado, sus curules no son suficientes para gobernar en solitario.
El Político
Eso en realidad estaba previsto desde hace meses. Pero había también la expectativa de que los diputados del PP más los de Vox, partido derecha radical, serían suficientes para formar un ejecutivo de coalición. En cambio, Vox perdió 19 curules en el parlamento. Si el PP y Vox quieren desplazar al presidente Pedro Sánchez y tomar el poder, necesitarán otros socios.
La organización más importante a la que tenían que persuadir era el Partido Nacionalista Vasco (PNV)… Precisamente el mismo que le acaba de cerrar la puerta en la cara al PP. Según reseña Europa Press, esta organización regionalista se niega a respaldar la posible investidura de Alberto Núñez Feijóo, líder de los populares, como presidente del gobierno, porque eso implicaría pactar también con Vox.
Fuentes del PNV dijeron a Europa Press que la pretensión de Núñez Feijóo de gobernar en alianza con Vox es "cruzar una línea roja".
Vox ha hecho una de sus banderas la oposición tajante a cualquier idea de que España no es una sola nación. Ello choca con el regionalismo de organizaciones como el PNV, que reafirman identidades culturales aparte de la española y buscan mayor autonomía para sus respectivas zonas.
Aparte del Partido Nacionalista Vasco, la sociedad entre el PP y Vox no cuenta con otras opciones. Porque los demás partidos que obtuvieron escaños son, más que regionalistas, separatistas que quieren la independencia total para el País Vasco y Cataluña. Estos menos aún pactarían con el PP y Vox, que los consideran enemigos.
¿Bendición para el gobierno actual?
La negativa del PNV es una gran noticia para el presidente Pedro Sánchez, líder del centroizquierdista Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Para este y su socio de ultraizquierda, la plataforma Sumar, siempre fue mucho más fácil llegar a algún acuerdo con los regionalistas y separatistas. De hecho, su gobierno de coalición se mantiene desde 2019 gracias a un pacto de esa naturaleza, que incluye al PNV.
De manera que el rechazo del Partido Nacionalista Vasco a cambiar sus apoyos de la coalición oficialista de izquierda a una de derecha pone a Sánchez más cerca de otros cuatro años en la presidencia. Pero cabe la posibilidad de que los regionalistas y separatistas vascos y catalanes esta vez le pongan a Sánchez exigencias que no pueda cumplir. En ese caso, al no haber acuerdos que permitan la gobernabilidad, tendrían que repetirse las elecciones.