Con motivo de la celebración de los 199 años de la Batalla de Carabobo, este 24 de junio, el Comisionado Especial Seguridad e Inteligencia del gobierno interino de Venezuela, Iván Simonovis, afirmó que «La libertad es un sueño al que jamás debemos renunciar y en muchos ámbitos no es dada, se gana», según difundió albertonews
El Político
También recordó que hace un año «reté al régimen y lo vencí, rompí el miedo de las cadenas para obtener mi libertad, ahora y siempre agradecido con mi familia y los que me apoyaron».
Como se recordará, en 2004, Simonovis, entonces jefe de seguridad ciudadana de Caracas, fue encarcelado por lo que, según él, fueron acusaciones falsas de ordenarle a la policía que disparara contra manifestantes progubernamentales que habían salido a las calles a defender a Hugo Chávez durante un breve golpe de Estado. Diecinueve personas murieron a raíz del tiroteo en un paso elevado en el centro de Caracas.
Lo cierto es que Simonovis fue confinado a una celda de 2 x 2 metros (6 x 6 pies), tras un juicio plagado de irregularidades. Su caso se convirtió en un emblema para la oposición, que lo consideró un chivo expiatorio. La orden de arrestarlo fue firmada por el juez Maikel Moreno, quien como abogado había defendido a uno de los chavistas armados involucrado en el tiroteo de 2004, y quien hoy día es presidente del Tribunal Supremo.
Un dato a considerar es que Simonovis se convirtió en un trofeo para Chávez, quien lo acusó de crímenes contra la humanidad –por los que nunca fue juzgado– y quien erigió en el lugar del tiroteo un monumento a los "caídos defendiendo la Constitución bolivariana".
Simonovis y los otros policías enjuiciados –cinco de los cuales siguen en la cárcel– fueron sentenciados a treinta años, el máximo permitido por la ley venezolana, acusados de ser cómplices de asesinato.
Este policía de profesión recibió arresto domiciliario en 2014, para que pudiera recibir atención médica para diecinueve enfermedades crónicas, algunas agravadas por permanecer en una cárcel en la que solo se le permitían diez minutos diarios al aire libre.
Lo cierto es que el intrépido y preparado policía logró escaparse de su arresto domiciliario en la capital venezolana, bajando en cuerda por una pared de 25 metros (75 pies) en medio de la noche, y con cizalla cortó el monitor electrónico que llevaba en el tobillo. Seguidamente estuvo pasando de un escondite a otro a fin de eludir a las fuerzas de seguridad leales al dictador Nicolás Maduro.
Simonovis recuerda haber planificado su escape minuciosamente, haciendo valer su reputación como el policía SWAT más famoso de Venezuela.
En una entrevista telefónica concedida a El Nacional, Simonovis indicó: «Si el régimen me hubiera ubicado antes de salir del país, yo no habría sobrevivido, mi final iba a ser exactamente el mismo que el que tuvo Óscar Pérez”.
Con información de: albertonews