La comunidad de judíos en Buenos Aires ha sufrido diversos atentados entre medios de la década de los 90 e incluso de los 2000, sin embargo, años más tarde, sus representantes todavía esperan a que la justicia pueda castigar a los que estuvieron implicados en estos casos.
El Político
Este jueves 18 de julio se cumplen 25 años del terrible atentado terrorista con un coche bomba en la Asociación Mutual Israelita Argentina Amia, ubicada específicamente en Buenos Aires, que dejó un saldo de 85 personas fallecidas y cerca de 300 heridas. Esta se convirtió en el mayor ataque a la comunidad judía posterior a lo que fue la II Guerra Mundial.
En Argentina hay una cantidad inmensa de judíos, incluso es considerado como el país con mayor número en América Latina y la sexta del mundo. Sin embargo sufrió mucho durante los 90, cuando un par de años antes también fue víctima de un atentado terrorista en la Embajada de Israel en Buenos Aires, donde 22 personas perdieron la vida y más de 200 sufrieron heridas.
Cuando se pensaba que todo había acabado y que por fin dicha asociación podría trabajar con tranquilidad, ocurre el asesinato de su líder durante enero de 2015, cuando encontraron muerto a Alberto Nisman un día antes de tener que rendir cuentas ante el Congreso Argentino, según recordó la web Israel Internacional.
Sin embargo, el tribunal de la causa Amia logró emitir durante el año 2007 la orden de captura de siete personas que podrían estar directamente vinculadas con el atentado producido en ese momento, sea como actores materiales o intelectuales. Estas órdenes están en manos de la Interpol, pero ha pasado más de doce años y aún todo ha quedado igual.
Asimismo, dicha web también indicó que durante febrero del presente año, la justicia argentina, quien no ha dejado a un lado este caso, a pesar del tiempo, sentenció al ex juez Juan José Galeano, al secretario de Inteligencia Hugo Anozorreguy y Carlos Alberto Telleldín, debido a estar implicados entre otras cosas en la malversación de fondos.
Los delitos de lesa humanidad no prescriben a pesar de los años, por lo que la justicia puede tardar, pero siempre llega y estas últimas sentencias demuestran que tarde o temprano, los implicados en cada uno de los ataques perpetrados durante años anteriores tendrán que pagar ante los respectivos organismos.