Las oficinas bancarias registran diariamente colas con decenas de personas que, a veces desde la madrugada, esperan conseguir algunos billetes; una tarea que se hace más difícil en el país petrolero conforme pasa el tiempo y se acelera la depreciación del bolívar en medio de la hiperinflación.
Aunque la escasez de dinero físico ha sido una constante desde hace un año, durante el mes de noviembre se acentuó la problemática, al tiempo que el Parlamento venezolano, de contundente mayoría opositora, informaba que la inflación anual acumulada era de 825 % y que la economía había entrado en unan espiral hiperinflacionaria.
El Gobierno de Nicolás Maduro no ha reconocido algún problema en la distribución del papel moneda y, en cambio, varios portavoces del chavismo han culpado a los propietarios de bancos privados por las colas pese a que entidades estatales como el Banco de Venezuela tampoco cuenta con billetes.
La queja colectiva por la escasez de dinero físico son el discurso común en las colas a las afueras de los bancos, donde -según han reseñado medios locales- varias personas han sufrido asaltos o se han desmayado bajo el inclemente sol del país caribeño.
Dos agencias bancarias ubicadas en el este de Caracas aseguraron esta semana a Efe que no contaban con billetes de ninguna denominación y que por tanto no estaban dispensando efectivo a través de los cajeros automáticos ni de las taquillas de atención al público.
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Situaciones similares se registran cada semana en estados del interior de Venezuela, según dijeron a Efe varios ciudadanos que residen en los estados Trujillo, Falcón, Zulia (oeste) y Bolívar (sur).
La Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) tampoco ha notificado novedades sobre el flujo de billetes y ha insistido en la campaña de promoción de las transacciones a través de la banca electrónica.
En promedio, un venezolano que hoy consiga cajeros automáticos con dinero puede retirar un máximo al día de entre 10.000 y 20.000 bolívares, equivalentes a entre 3 y 6 dólares según el cambio oficial más bajo.
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La variación dependerá de la institución financiera en la que se tenga el dinero, aunque en la actualidad algunos bancos pasan horas sin efectivo disponible.
“Tiene que esperar a que alguien deposite para poder retirar”, dijo a Efe un funcionario de seguridad de una de las sedes del Banco de Venezuela ubicado en el este de Caracas.
Además, las plataformas digitales de pago presentan fallas de comunicación en Caracas y, en mayor medida, en el interior del país, debido a la “saturación” del sistema entre otras razones esgrimidas por los comerciantes.
Por otra parte, en Venezuela aún existen servicios y comercios que solo aceptan dinero en efectivo como es el caso de los estacionamientos de vehículos o las gasolineras.
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El presidente Maduro anunció el 1 de noviembre la entrada en circulación del billete de 100.000 bolívares, cuatro veces más alto que el de mayor denominación hasta entonces, y mil veces superior al billete de 100 bolívares, que fue el signo monetario más poderoso de Venezuela hasta diciembre del año pasado.
El diputado opositor José Guerra, presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento, denunció esta semana que el Banco Central (BCV) “está inundando la economía de un dinero inorgánico emitido para cubrir el déficit fiscal”, y aseguró que en noviembre de este año aumentó la base monetaria en 1.560 %, respecto al mismo mes en 2016.
Explicó que esto ha tenido como consecuencia la depreciación de la moneda local y el disparo de la inflación que afecta “principalmente a los trabajadores que tienen ingresos fijos, a los pensionistas, y a los ahorristas cuyos haberes en los bancos están siendo ‘confiscados’ por el Gobierno”.
“Venezuela está sufriendo una intoxicación monetaria”, agregó Guerra tras denunciar que pese al aumento de la liquidez persiste la escasez de billetes en el país.
Según las últimas estimaciones de la Cámara, la inflación cerrará por encima del 2.000 %.
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Vía: La Patilla