Si se avanza hasta el artículo 23 de la Carta de la ONU se puede observar que Rusia no consta, como tal, entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El Político
Según la propia Carta, los cinco asientos inamovibles en este órgano de poder de la ONU son “la República de China, Francia, la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América”.
La Carta agrega que la Asamblea General elegirá otros diez Miembros de las Naciones Unidas que serán miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, prestando especial atención, en primer término, a la contribución de los Miembros de las Naciones Unidas al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y a los démas propósitos de la Organización, como tambien a una distribución geográfica equitativa.
Esta falta de mención a la Federación de Rusia tal y como se reconoce en la actualidad, tras la extinción de la Unión Soviética, podría plantear dudas sobre el derecho de veto que protege al presidente ruso, Vladimir Putin, de cualquier intento por parte de la ONU de “pararle los pies”.
¿Por qué es importante?
La Federación Rusa asumirá el 1 de abril la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, un cambio de poder que puede parecer extraordinario en medio de la guerra en Ucrania.
A pesar de la condena internacional y de las acusaciones de que las fuerzas del presidente Vladimir Putin están cometiendo crímenes contra la humanidad en Ucrania, el mes que viene será el turno de Rusia para ocupar el puesto de liderazgo, que cambia mensualmente, reportó ABSNews.
En contexto
El grupo aún no ha presentado su impugnación jurídica formal, pero afirman con rotundidad que la invasión de Ucrania supone un gran desafío para la composición de la ONU.
El argumento político quizá se haya visto reforzado por la orden de detención dictada por el Tribunal Penal Internacional contra Putin.
"Hay un dicho famoso entre los miembros del Consejo de Seguridad que dice que el Consejo de Seguridad es dueño de sus propios procedimientos", declaró a ABC News Volodymyr Yelchenko, ex embajador de Ucrania en Estados Unidos y Rusia y miembro de Civic Hub. "Son muy vagos".
"Nos enfrentamos a un Estado que está convirtiendo el veto del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el derecho a morir", afirmó.
También hay una resolución de la ONU que pide la retirada inmediata de Rusia. Son indicios de que la comunidad internacional puede ser receptiva a la propuesta del Centro Cívico.
Para su futuro caso legal, dijo, sus esfuerzos para presionar en Washington, París y Londres, son más importantes para su caso que ir al Consejo de Seguridad directamente, dijeron los miembros.
Sin embargo, el caso legal de Civic Hub, que esperan obligue a la ONU a actuar, es completamente diferente.
En lugar de solicitar formalmente su ingreso en la ONU en 1991, tras la disolución de la Unión Soviética, Rusia se limitó a heredar su condición de miembro, afirmaron.
Rusia nunca se ha adherido a la ONU
"Rusia nunca se ha adherido a la ONU como es debido", declaró a ABC News el profesor Iouri Loutsenko, antiguo alto cargo del Banco Mundial y uno de los cofundadores de Civic Hub. "Y esto es un factor legal indiscutible".
Según Loutsenko, el grupo no ha recibido "respuestas directas" de la ONU mientras presionaba a favor de su propuesta. Pero, de tener éxito, Rusia se vería privada de voz en el más alto escenario diplomático del mundo.
"Rusia seguiría teniendo una bandera frente a la sede de Nueva York", dijo Grant. "Sus diplomáticos seguirían teniendo tarjetas llave o lo que fuera que utilizaran para entrar en el edificio, pero no se sentarían en los asientos. No votarían, no hablarían desde el asiento y no utilizarían el Consejo como plataforma de difusión de sus mensajes. Ese sería el resultado".
Aprovechando esa posición jurídica, el grupo espera aislar aún más a Rusia de la comunidad internacional, ayudando a poner fin a la guerra en Ucrania y propiciando un cambio desde dentro.
En conclusión
Según el artículo 6 de la Carta de las Naciones Unidas: “Todo Miembro de las Naciones Unidas que haya violado repetidamente los Principios contenidos en esta Carta podrá ser expulsado de la Organización por la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad”.
En estos momentos hay movimientos de presión por parte de Estados Unidos hacia la ONU en relación a esta cuestión.
A pesar de que las cuestiones expuestas anteriormente pudieran implicar la existencia de una ventana legal abierta con el objetivo de justificar los intereses de ciertos Estados miembros, la realidad se encuentra muy lejos de las apariencias.
Expulsar a Rusia de la ONU supondría un reto con múltiples consecuencias, especialmente en el contexto geopolítico actual, refiere Lisanews.
Las repercusiones que supondría una decisión tal contra una potencia militar con un arsenal tan numeroso provoca que la misma realidad de la ONU impida dar este paso.
Además, si nos remontamos al artículo 6 de la Carta de Naciones Unidas previamente mencionado, la decisión debe tomarse en una votación de la Asamblea General (que incluye a todos los países miembros), con la recomendación del Consejo de Seguridad.
Como conclusión, se podría plantear que la expulsión de Rusia solo sería posible si se disolviera la Organización y su nueva creación, algo que resulta inimaginable.
Sin bien Estados Unidos y un gran grupo de Estados miembros podrían seguir intentando expulsar a Rusia o tratar de reducir su poder en la organización no parece que vaya a ocurrir ningún cambio a esa escala, al menos en el corto plazo.