Las polémicas declaraciones del presidente filipino, Rodrigo Duterte, crean "consternación" en Estados Unidos y otros países, dijo este lunes en Manila el secretario de Estado adjunto de EEUU para Asia Oriental y el Pacífico, Daniel Russel.
"La sucesión de declaraciones y comentarios controvertidos de Duterte y el clima de incertidumbre sobre las intenciones de Filipinas han creado consternación en varios países, no sólo en el mío", afirmó Russel.
"No es una tendencia positiva", aseveró durante una breve comparecencia ante la prensa transmitida en directo.
Russel, que se reunió este lunes con el ministro de Exteriores de Filipinas, Perfecto Yasay, afirmó asimismo que EEUU "también está preocupado por la pérdida de vidas en conexión con la campaña contra las drogas", que ha causado más de 4.400 muertos desde el pasado 1 de julio.
Las declaraciones del diplomático estadounidense se producen después de que Duterte anunciara el pasado jueves, durante una visita oficial a Pekín, la "separación" económica y militar de EEUU, históricamente uno de los principales aliados de Filipinas.
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Aunque el Gobierno filipino aclaró al día siguiente que las palabras de Duterte solo pretenden reafirmar la política exterior independiente de Filipinas, su discurso creó más fricción entre Washington y Manila, cuya relación ha sufrido varios varapalos desde la jura de cargo del mandatario el pasado junio.
A comienzos de este mes, Duterte envió "al infierno" al presidente estadounidense, Barack Obama, por las críticas a su campaña contra las drogas iniciada por su Administración.
A raíz de las críticas de EEUU, Duterte también ha anunciado que quiere poner fin a los ejercicios militares que ambos países llevan a cabo conjuntamente de forma regular.
Además, Duterte ha amenazado con incumplir los acuerdos firmados con Washington en abril de 2014 y que posibilitan una mayor presencia militar estadounidense cerca del mar de China Meridional, una zona que Pekín se disputa con varios países, incluido Filipinas.
El mandatario filipino incluso llegó a llamar "hijo de puta" a Obama, un insulto al que el presidente estadounidense restó importancia pero que motivó la anulación de una reunión bilateral que ambos tenían previsto mantener el pasado septiembre en una cumbre de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) en Laos.
Con información de EFE