El sector petrolero venezolano está en la ruina. Eso no es ningún secreto y los Estados Unidos están al tanto del enorme deterioro de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Mario Beroes/El Político
A raíz de una presunta flexibilización de las sanciones económicas a Venezuela, el régimen que encabeza Nicolás Maduro se estaría planteando incrementar su bombeo de crudo.
Esto, en medio de un veto internacional a la energía del segundo productor de petróleo del mundo, Rusia, por su incursión armada en Ucrania.
El reto es, sin embargo, cómo producir lo suficiente para países como Estados Unidos si su parque refinador está operando apenas a un 10%.
¿Irán es una ayuda?
Irán anunció la semana pasada la firma de un acuerdo con Venezuela por 115,7 millones de dólares para que su Compañía Nacional Petrolera de Ingeniería y Construcción ayudase a PDVSA poner en óptima marcha su refinería El Palito, una de las más grandes del país suramericano.
Cálculos de la empresa persa señalan que El Palito solo opera al 50% de su capacidad, de 140.000 barriles de crudo por día.
Se desconoce cómo será esta reactivación y en cuánto tiempo se podrá poner realmente operativa la refinería de El Palito
La meta con Chevron
La administración estadounidense del hoy expresidente Donald Trump ordenó en abril de 2020 a Chevron “cesar gradualmente” sus actividades petroleras en venezuela, y reducirlas a un mero “mantenimiento” de sus activos.
También, le prohibió establecer negociaciones directas con la empresa estatal venezolana.
Chevron es la única gran compañía petrolera de Estados Unidos presente en Venezuela.
Chevron produce entre 120.000 y 130.000 barriles de petróleo mediante una figura conocida como empresa mixta, en la cual el Estado venezolano tiene mayoría.
La compañía norteamericana espera poder producir 400.000 barriles de crudo al día y sumar una cuota similar producida por PDVSA para comercializarlo fuera del país, dijo.
Dos puntos clave para llegar a esa cuota de 800.000 explotados y comercializados por Chevron, serían la flexibilización de las sanciones, que la Casa Blanca ata a un resultado de las conversaciones con la oposición que esperan se reanuden en la Ciudad de México.
La otra es una modificación legal en Venezuela que permita a Chevron tener mayoría de acciones en esas empresas mixtas.