La precaria situación de los distintos sectores productivos del país se profundizó durante el primer semestre de 2018. El cierre de empresas, la renuncia de trabajadores y la caída en las ventas es una constante en todas las áreas económicas.
La crisis económica en Venezuela caracterizada por un inédito proceso hiperinflacionario, una baja del consumo, una significativa merma de los ingresos en divisas y por el desplome de la producción petrolera, ha impactado irremediablemente en la actividad productiva.
Estos factores junto a los controles de precios y de cambio que llevan 15 años, a los procesos de expropiación, al menor acceso a las divisas y a la materia prima, han socavado el desarrollo operativo de sectores como el agrícola, la construcción, el turismo, el inmobiliario y el químico, entre otros.
De acuerdo a cálculos de analistas económicos, 96,7% de las importaciones del sector privado se han tenido que hacer con divisas propias y se enfrentan a una economía que ha caído 50% en los últimos seis años, además de lidiar con una tasa de inflación anual que alcanzó hasta mayo 24.000%, lo cual ha profundizado los problemas de los sectores productivos en Venezuela.
Consultados durante la Asamblea Anual de Fedecámaras que se realizó en Caracas, los representantes de diferentes gremios, o lo que igual llaman la microeconomía, resaltaron como las principales consecuencias de la crisis: el cierre de empresas, la renuncia de sus trabajadores para ir a buscar mayor calidad de vida en otros países y la caída en las ventas a causa de la baja en el consumo de los venezolanos.
El presidente de Fedeagro, Aquiles Hopkins, resaltó que en 2017 la situación fue crítica para el sector agroindustrial y durante este primer semestre del año el panorama se ha deterioró aún más, ya que producen la cuarta parte de lo que se debería.
“Venezuela es un país que en los actuales momentos abastece a 25% del consumo de alimentos de la población. Una de nuestras primeras preocupaciones es la arepa del venezolano. Ya el año pasado fue crítico para la siembra del maíz blanco y nuestras estimaciones es que la cosecha alcanzará para dos meses de producción, ya que en estos momentos solo tenemos 100 mil hectáreas de siembra sembradas cuando en este mismo período de 2017 teníamos 250 mil hectáreas de siembra”, dijo.
En cuanto a la cosecha de arroz apenas se logrará 90 mil hectáreas cuando en el pasado se logró sembrar 230 mil, mientras que de hortalizas se sembraban 240 mil hectáreas y en los actuales momentos hay solo 40 mil, así como 5 mil hectáreas de papá de las 90 mil que se sembraban.
“Este es un panorama realmente preocupante porque es la producción nacional la que puede combatir la escasez y el desabastecimiento. No vemos que el Gobierno impulse la recuperación de la producción en el país y en cambio toma medidas que atenta contra nuestra actividad”, afirmó Hopkins.
Recalcó que la nueva fijación de precios de 50 rubros alimenticios que promueve el Gobierno es una medida que profundizará el desabastecimiento. “La solución es recuperar la producción, no más controles ni el exigir 70% de los alimentos a los productores para dirigirlos a las empresas estatales. Tenemos que trabajar en una agenda de recuperación. El camino no es más controles ni el monopolio estatal ni tampoco colocar a funcionarios castrenses a gerenciar el sector”.
Caen las ventas de inmuebles
La caída en los precios de los inmuebles, especialmente los residenciales y la dificultad para vender, es una realidad hoy en el sector inmobiliario. El presidente de este gremio, Carlos Alberto González, señala que en lo que va de año se ha profundizado la baja en el número de operaciones, en una área que trabaja a 5% de su capacidad instalada, cuando el promedio del resto de los sectores es de 30%.
“El proceso hiperinflacionario nos ha tocado al igual que a los otros sectores. Sin embargo, nuestros precios no se han incrementado al ritmo de la inflación, no se puede además, es imposible. A nuestro sector lo ha afectado más la situación política”, resaltó.
Explicó que en hiperinflaciones ocurridas en América Latina, los inmuebles formaban parte del resguardo de los activos, ya que los precios tienden a subir, pero en el caso de Venezuela han bajado de manera significativa.
“Los precios han caído entre 65% a 70%, pero a un promedio de 70% en los últimos dos a tres años. La baja de los precios de los inmuebles de áreas consideradas de clase media y clase media baja ha sido mayor”, acotó
No obstante, González cree que esta tendencia no continuará ya que a su juicio “los precios tocaron fondo y esperamos que no sigan bajando (…) Si se tiene necesidad apremiante de vender, hagánlo, pero creo que se puede esperar un poco mas ya que se puede observar un repunte ante cualquier cambio que no será especialmente político, también puede ser económico”.
El presidente de la Cámara Inmobiliaria destaca que en el sector del arrendamiento no ha habido mayores cambios, “sigue detenido, no hay operaciones en este sentido, no hay forma de arrendar una vivienda”.
Considera que en Venezuela el hecho de no tener condiciones para invertir y de no haber seguridad jurídica, impide que los grandes capitales quieran ingresar al país para financiar obras de envergadura.
Sin envases
El sector petroquímico forma parte importante de la industria de alimentos debido al suministro de envases de aluminio y de plástico, por lo que la escasez en esta área impacta directamente a la agroindustria. Esta actividad económica además opera entre 10% a 15% de su capacidad instalada producto también de la caída de la demanda.
A juicio del presidente de Asoquim (Asociación Venezolana de la Industria Química y Petroquímica), Francisco Acevedo, la crisis en el sector es “sumamente grave por falta de materia prima. Recordemos que los insumos para los envases de aluminio provienen de Sidor y para los de plástico provienen de Pequiven. El 100% de los productos fabricados requieren envases por lo que indudablemente la escasez de envases genera una cadena de desabastecimiento”.
Para tratar la crisis, los representantes de Asoquim solicitaron hace nueve meses una reunión con el presidente de Pequiven pero hasta la fecha no los ha recibido.
Como la mayoría de los sectores productivos en el país, esta industria requiere de divisas para importar materia prima, por lo que se ha visto afectada por el poco acceso a los dólares a través de los distintos esquemas cambiarios del Gobierno.
Aunque en lo que va de año han cerrado cuatro empresas de 213 afiliados al gremio, Acevedo teme que continúe el cierre de industrias si las condiciones no cambian.
La comida antes que el turismo
El sector turismo no escapa a la crisis. El presidente de Conseturismo, José Irausquín, recalca que hoy más que nunca el venezolano está destinando prácticamente todos sus ingresos parta cubrir las necesidades básicas como la alimentación y la salud, por lo que ejecutar gastos en entretenimiento ya no es una prioridad.
Aspectos como la inseguridad, los racionamientos de energía y agua, la pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos, la escasez y desabastecimiento de muchos productos figuran entre las principales causas del desplome de la actividad turística y hotelera en el país.
Entre los principales problemas que enfrenta el turismo venezolano resalta la falta de conectividad aérea y marítima, además del alerta internacional por la creciente inseguridad. Indicó que el cese de operaciones de muchas aerolíneas internacionales, ha influido considerablemente en la baja que registra el turismo receptivo.
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“La toma de Conferry por parte del Estado dio al traste con un servicio que fue para Nueva Esparta la punta de lanza para poder desarrollar la actividad turística en Margarita”, agregó.
Fuente: Tal Cual Digital