La Justicia, con el apoyo de diversas reparticiones de la Policía, tiene avanzada una investigación antibarrabravas que comenzó hace meses con varias indagatorias reservadas y que eclosionó el domingo durante los incidentes que frustraron el partido clásico.
Desde entonces la Policía ha estado en medio de críticas porque tras los enormes y graves incidentes solamente hubo siete procesados –todos con prisión– por el juez Gustavo Iribarren por el consumo de bebidas robadas. A ellos se agregó ayer el procesamiento con prisión por intento de homicidio muy especialmente agravado del hombre que arrojó una garrafa de 13 kilos desde la Ámsterdam.
Lo que no se supo hasta ayer es que el grueso de las pruebas que la Policía obtuvo por la vía de cámaras ocultas que llevaban agentes infiltrados en la barra de Peñarol fueron entregadas no a Iribarren, sino en otro juzgado, donde se unificaron las varias investigaciones que desde hace meses apuntan al funcionamiento de una organización de narcotraficantes en el seno de la barra aurinegra.
Las pruebas, que en principio ofrecen "evidencia" contra unas 20 personas, fueron obtenidas por la Policía que, con amparo judicial, intervino teléfonos, instaló cámaras de vigilancia, captó a informantes e infiltró espías en estas organizaciones.
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"Atrás de esto evidentemente hay una organización", había dicho tras los incidentes del frustrado partido clásico el fiscal de Corte, Jorge Díaz.
Aunque no aludió a ninguna operación en particular, El Observador confirmó estas investigaciones con fuentes del Ministerio del Interior, miembros del Estado Mayor policial, de la jefatura de Policía de Montevideo y de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia.
Fuentes de la investigación dijeron que en su transcurso aparecen una y otra vez personas con antecedentes por tráfico de drogas, la mayoría de las veces en modalidad de tránsito y venta.
Las fuentes dijeron que hay registros de narcotraficantes que no solo operan en la tribuna Ámsterdam sino también en la América, algunos incluso vinculados a la venta de jugadores.
La Policía ya tenía experiencia en la investigación de barras del fútbol, ya que hace semanas la Justicia archivó una causa que se había iniciado en 2013, aunque las fuentes aseguran que esta vez "las pruebas están", básicamente porque los investigadores hicieron lo que le vienen reclamando a los clubes: instalar cámaras en las tribunas.
Las fuentes dijeron que hay registro de que buena parte del funcionamiento de esta organización dedicada a la venta de drogas (pero ligada a otros delitos, como rapiñas y robo de autos) es monitoreada –cuando no liderada– desde dentro de los penales.
Con información de El Observador