Seis personas han sido detenidas y dos permanecen desaparecidas tras rendir tributo a Liu Xiaobo, el destacado disidente y nobel de la Paz chino fallecido el pasado 13 de julio bajo custodia, según los últimos datos recopilados por activistas y amigos de la familia.
El régimen está llevando una campaña de acoso contra activistas y otros ciudadanos que trataron de recordar la figura del nobel chino, símbolo de la lucha por la democracia, mientras la viuda, Liu Xia, continúa en paradero desconocido, advierten desde el colectivo.
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"El Gobierno tiene miedo de que si no reprime con fuerza los actos de conmemoración, quizá éstos devengan en reclamos de libertad o contra la dictadura del Partido único", consideró hoy a Efe el escritor Ye Du (pseudónimo), a quien la Policía forzó a viajar para evitar que honrara la memoria de su amigo en una ciudad costera, pues los restos del nobel fueron esparcidos en el mar.
Entre los detenidos se encuentran abogados especializados en casos de derechos humanos o activistas, como Wei Xiaobing, He Lin, Liu Guangxiao, Wang Meiju o Li Shujia, que participaron en una conmemoración en Cantón (sur); o Jiang Jianjun en Dalian, localidad en el noreste del país desde la que la familia partió en barco para aventar las cenizas del disidente en el océano.
Además, Dong Wenzheng y otro ciudadano de Shanghái del que no precisaron el nombre se encuentran "desaparecidos", y se teme que también estén en manos de las autoridades; mientras el letrado Mo Shaoping y el disidente Jiang Qisheng, que participaron en un homenaje en Pekín, fueron interrogados por la Policía.
Todos ellos llevaron a cabo algún tipo de conmemoración -desde una ofrenda cerca del mar hasta publicar fotografías en internet- a la figura de Liu Xiaobo, sentenciado en 2009 a 11 años de prisión por "subversión" y fallecido el pasado mes en un hospital bajo estricta vigilancia por un cáncer que se le diagnosticó de forma tardía.
Su mujer, la poetisa Liu Xia, fue puesta en arresto domiciliario poco después de que su marido fuera galardonado con el Nobel de la Paz en 2010, pese a no haber sido acusada de delito alguno, y la última vez que se le vio fue durante el funeral, hace unos diez días, en fotografías de la ceremonia difundidas por el régimen.
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"Nadie sabe dónde está desde ese día. Tampoco podemos contactar con Liu Hui (su hermano)", comentó hoy a Efe el reconocido activista Hu Jia, cercano a la familia.
Hu cree que uno de los amigos más próximos a Liu Xia ha podido verla, pero "ahora no quiere decir nada".
"Imagino que está bajo mucha presión de las autoridades", lamenta.
EFE