Inundaciones gigantescas provocaron al menos seis muertos y 20 desaparecidos en el sudoeste de Japón, de donde las autoridades buscan evacuar a centenares de miles de habitantes.
Precipitaciones de una magnitud sin precedentes generaron fuertes corrientes de agua que arrasaron rutas, viviendas y escuelas a su paso.
Miles de soldados y socorristas fueron desplegados al alba este jueves, anunció el portavoz del gobierno, Yoshihide Suga, para rescatar a personas bloqueadas por la crecida y evacuarlas de la zona amenazada con aludes, incluso por helicóptero. 250 personas ya han sido rescatadas, según el gobierno.
"Nos encontramos en una situación gravísima", declaró el viceprimer ministro Taro Aso, en una reunión ministerial de urgencia, en ausencia del jefe de gobierno Shinzo Abe que se encuentra en Bruselas.
"Todavía pueden ocurrir aludes y muchas personas siguen desaparecidas", explicó Aso.
Hay 20 desaparecidos -entre ellos un niño que se cree que fue arrastrado por la corriente- en las provincias de Fukuoka y Oita, en la isla meridional de Kyushu a 900 kilómetros de Tokio, que recibieron 540 mm de precipitaciones en 24 horas, el equivalente de 45 días en temporada de lluvias. El paso de un tifón la pasada semana ya había anegado la zona.
Las abundantes precipitaciones deberían continuar a azotar la región durante las próximas horas, indicó la agencia japonesa de meteorología. Pero las autoridades reemplazaron el nivel de alerta "especial" por otros más bajos en el transcurso del jueves.