Senadores demócratas acusaron el viernes a un prominente colega republicano de intentar borrar la historia del programa de tortura de la CIA en los años 2000, exigiendo que se les entreguen copias de un informe altamente clasificado que él tiene en su poder.
Los miembros de la oposición aseguraron que el senador Richard Burr, presidente del Comité de Inteligencia del Senado, había pedido en secreto a las agencias gubernamentales esta semana que le devolvieran sus copias del "Informe Completo del Programa de Detención e Interrogación de la CIA", elaborado por el comité en 2014.
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Unos ocho ejemplares fueron distribuidos a la Casa Blanca y a varias agencias, y Burr dijo el viernes que los quería de regreso para asegurar que la información confidencial que contienen permaneciera en secreto.
"Como hace el comité con toda la información clasificada y compartida, adoptaré las medidas necesarias para proteger las fuentes y métodos sensibles contenidos en el informe", dijo Burr en un comunicado el viernes, sin confirmar detalles de su solicitud.
Pero los demócratas creen que tiene un plan para destruir todas las copias del informe y asegurarse así de que toda la verdad de las actividades de tortura de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) después de los ataques del 11 de septiembre nunca salga a la luz.
"Ningún senador -sea o no presidente (de comité)- tiene autoridad para borrar la historia. Creo que esa es la intención del presidente en este caso", dijo la senadora demócrata Diane Feinstein, que originalmente encargó el informe en 2009, cuando presidía el comité.
Otro demócrata del comité, el senador Ron Wyden, dijo que el esfuerzo de Burr "podría servir sólo a un propósito: allanar el camino para el tipo de mentiras utilizadas para justificar un programa de tortura ilegal y peligroso".
El informe de 6.700 páginas documenta en detalle las detenciones e interrogatorios extrajudiciales de sospechosos de Al-Qaida, como el conspirador del 11 de septiembre Abu Zubaydah, utilizando técnicas brutales y ahora prohibidas como el ahogamiento por inmersión y la privación de sueño para quebrar a los sujetos.
Un resumen ejecutivo de 528 páginas del informe fue difundido en diciembre de 2014 y apoyó los argumentos en contra del uso de la tortura. Pero la versión completa tiene detalles de interrogatorios específicos e información secreta sobre participantes y lugares.
Cuando se completó el informe, los demócratas trataron de asegurarse que pasaría a formar parte del expediente público, distribuyéndolo a agencias clave del gobierno.
Burr ha estado buscando su retorno desde que asumió el comité en 2015, y recientemente dijo a los receptores originales que devolvieran sus ejemplares.
Hasta ahora se le han devuelto tres copias: una de la CIA, otra de la oficina del inspector general de la CIA y una tercera del Director de Inteligencia Nacional, dijeron a la AFP fuentes del Congreso.
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No se conoce el estatus de otros ejemplares que fueron distribuidos al Departamento de Defensa, al Departamento de Justicia, al FBI y al Departamento de Estado.
En diciembre pasado, el presidente saliente Barack Obama, anticipando un esfuerzo republicano posiblemente respaldado por la CIA para enterrar el informe, comprometió una copia de la Casa Blanca a su biblioteca presidencial en Chicago.
No está claro si esa copia es buscada por Burr.
AFP