El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha dado un golpe contundente al régimen de Nicolás Maduro al anunciar que la licencia petrolera que permitía operaciones energéticas extranjeras en Venezuela expirará, según lo programado, el próximo martes 27 de mayo.
Esta decisión, comunicada a través de un mensaje oficial en la red social X, marca el fin de un permiso que había sido otorgado por la administración Biden como parte de los esfuerzos diplomáticos para incentivar avances democráticos y aliviar sanciones sobre la estatal PDVSA.
La licencia petrolera, que principalmente beneficiaba a la estadounidense Chevron y otras empresas extranjeras, era clave para la producción y exportación de crudo venezolano, especialmente en un contexto de instalaciones deterioradas por años de desinversión y sanciones internacionales.
Su expiración podría agravar la ya frágil situación económica del país, dificultando la capacidad de PDVSA para mantener operativas sus infraestructuras y limitar el acceso a divisas frescas.
Rubio ha sido uno de los críticos más firmes de cualquier concesión al régimen de Maduro, argumentando que no se han cumplido los compromisos en materia electoral y de derechos humanos que motivaron la flexibilización inicial de las sanciones. Según el secretario de Estado, “la licencia petrolera pro-Maduro Biden en Venezuela vencerá según lo programado”, insistiendo en que no se debe premiar a un gobierno que, a su juicio, ha “robado” las últimas elecciones y sigue reprimiendo a la oposición.
La decisión de no renovar la licencia petrolera representa un endurecimiento de la postura estadounidense y deja claro que, sin avances concretos hacia la democracia, no habrá más alivios para el régimen chavista. Esto ocurre en medio de tensiones crecientes, tanto por la situación interna venezolana como por la disputa territorial con Guyana, donde Rubio también ha advertido de consecuencias severas si Caracas opta por la vía militar.
El anuncio de Marco Rubio no solo representa un revés económico para el régimen de Maduro, sino que también simboliza una presión renovada desde Washington para que se produzcan cambios reales en Venezuela. La sonrisa del chavismo se desvanece ante la inminente expiración de la licencia petrolera, dejando al régimen ante un escenario de mayor aislamiento y dificultades financieras.