Vladímir Putin, presidente de Rusia, negó categóricamente que su país esté detrás del envenenamiento del prominente opositor Alexéi Navalni ocurrido el pasado verano en Siberia.
El Político
Putin, en un tono sarcástico, ha acusado a Navalni de tener vínculos con la inteligencia estadounidense y ha afirmado que el ataque que casi le cuesta la vida fue “una treta” para “elevar su perfil”.
“¿Por qué es necesario envenenarlo? Es ridículo. Si hubiera sido necesario se habría llevado hasta el final”, ha dicho Putin este jueves durante su conferencia de prensa anual, en la que ha desestimado las nuevas informaciones que vinculan al espionaje ruso con el ataque.
Es de hacer notar que esta semana, una extensa investigación liderada por el medio especializado Bellingcat ha desvelado las identidades de al menos tres agentes de una unidad clandestina del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, heredero del antiguo KGB al que perteneció el propio Putin), especializada en venenos, que seguía al opositor desde 2017.
A través de registros de viajes y metadatos telefónicos de geolocalización, la investigación de un grupo internacional de periodistas, a la que tuvo acceso EL PAÍS, detectó que esos agentes siguieron a Navalny en el viaje a Siberia en el que fue envenenado con una sustancia tóxica de uso militar de la familia del novichok, según confirmaron análisis de laboratorios militares de Francia, de la Organización para el Control de las Armas Químicas y de Alemania, país al que fue trasladado desde Siberia para su tratamiento médico.
Lo cierto es que esta es la primera vez que el Kremlin se pronuncia en torno a las últimas revelaciones.
Putin afirmó que las informaciones que señalan a Moscú por el ataque a Navalni, que todavía se está recuperando en un lugar secreto de Alemania, están fabricadas y diseñadas por EE UU para “tratar de mermar la confianza en el liderazgo político ruso”. “El paciente de la clínica de Berlín cuenta con el apoyo de las agencias de inteligencia de EE UU, así que por supuesto los servicios especiales [rusos] debían vigilarlo”, ha dicho Putin, que no suele mencionar al opositor por su nombre.
En los argumentos para las últimas sanciones de la Unión Europea (UE) a Rusia por el caso Navalni, que se centran en varias personas el círculo de Putin, Bruselas señala precisamente que es imposible que el envenenamiento se produjese sin conocimiento del Kremlin, no solo por el tipo de sustancia utilizada —la misma empleada por la inteligencia militar rusa para atacar al antiguo espía ruso Serguéi Srkipal y su hija Yulia en 2018 en el Reino Unido, según Londres—, sino también porque los servicios secretos rusos vigilaban al opositor, destacaron.
Investigación de Alemania
Desde el envenenamiento de Navalni, las relaciones entre Rusia y la Unión Europea son cada vez más tensas. Putin permitió el traslado del opositor desde la ciudad siberiana de Omsk a una clínica alemana después de más de un día bloqueando su desplazamiento y tras las gestiones de la canciller alemana, Angela Merkel.
Este jueves, en la maratoniana conferencia de prensa, en la que ha participado por videoconferencia desde su residencia a las afueras de Moscú, Putin ha acusado a Alemania y a Francia —que han liderado la respuesta europea a Moscú— de no entregarle los datos de la investigación europea que vuelve a poner a Rusia en el foco por el ataque contra un disidente.
Putin aseguró que “estamos dispuestos a investigar. Estamos preparados para enviar a nuestros especialistas. Que se nos provea de ese material o al menos del dictamen oficial final. No se nos ha dado nada”.
Navalni aseguró por el contrario que había pasado la mañana atendiendo a las preguntas de la Fiscalía alemana “a petición” de las autoridades rusas. “Putin lo admitió todo”, ha escrito el opositor en las redes sociales. “A su estilo, pero lo admitió”.
El líder ruso, que ha centrado gran parte de su intervención de casi cinco horas en hablar de la pandemia y la situación económica, también acusó al Gobierno estadounidense de estar detrás de otras investigaciones sobre su familia y su entorno. Y señaló a Washington por “iniciar una nueva carrera armamentística” por la que Rusia ha tenido que desarrollar “nuevas armas hipersónicas”.
Fuente: elpais