Con 20 mil soldados rusos concentrados en la puerta de su casa, las fuerzas armadas de Ucrania saben que pronto podrían enfrentar la prueba definitiva.
El Político
Esas fuerzas están mucho más preparadas de lo que estaban para el último ataque ruso en 2014, gracias a la experiencia de combate ganada con esfuerzo, las armas extranjeras y las reformas militares.
Sin embargo, varias de estas reformas están incompletas, como la transición de un mando centralizado postsoviético a uno más flexible.
Rusia insiste en que no está planeando un nuevo ataque contra Ucrania, pero tales declaraciones no han hecho nada para calmar las preocupaciones en Kiev.
Muchas escaseces continúan afectando a las fuerzas armadas, que solo se están rectificando lentamente por los aviones cargados de armas que llegan de varios países en los últimos días.
El país no está preparado para un bombardeo de misiles rusos, tiene poco poder aéreo y aunque su marina dañada se está recuperando, aún no se ha recuperado por completo. Tampoco está lista una nueva fuerza de defensa territorial, creada a fines del año pasado.
El gobierno también ha enfrentado algunas críticas por no hacer más para movilizar sus reservas de soldados y fortalecer la protección de la infraestructura crítica antes de que ocurra un ataque.
Taras Chmut, un ex infante de marina ucraniano y director del sitio de noticias militares Ucrania Military Portal, dijo que no está de acuerdo con la decisión del gobierno de continuar con normalidad, sin aumentar significativamente la preparación para el combate de Ucrania. La movilización podría llevar meses y Ucrania no puede permitirse posponerla, argumentó Chmut.
Agregó que los esfuerzos de adquisición de armas no se habían incrementado para compensar las muchas carencias del país, como una falta “catastrófica” de municiones, en parte causada por la destrucción anterior de arsenales por parte de Rusia.
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