Más de mil personas se reunieron en la Plaza Roja de Moscú para el 70 aniversario de la muerte del líder soviético Joseph Stalin, cuyo legado divisivo se cierne sobre el conflicto de Ucrania.
El Político
Kiev dice que la ofensiva está impulsada por las tendencias imperialistas de la era de Stalin, mientras que la mayor represión de los críticos dentro de Rusia recuerda a los métodos soviéticos.
El domingo, personas que ondeaban banderas comunistas o sostenían retratos del difunto dictador esperaban en una larga fila para depositar flores en su tumba cerca del muro del Kremlin.
“La gente estaría feliz si volviéramos a tener un líder como él”, dijo Yuri, un jubilado ruso.
Stalin, nacido en Georgia en 1878, transformó la Unión Soviética en un estado totalitario durante su gobierno de casi tres décadas.
Organizó un culto a la personalidad en torno a sí mismo y presidió purgas que vieron a millones ejecutados o enviados al sistema gulag, una vasta red de campos de prisioneros.
Y es que la operación lanzada por el presidente Vladimir Putin se ve en Kiev y en Occidente como un epítome del imperialismo estalinista. Y la represión contra los detractores del Kremlin en Rusia recuerda a algunos los métodos soviéticos.
Este domingo de mañana, más de mil admiradores de Stalin se reunieron en la plaza Roja de Moscú, constataron reporterod de AFP, para depositar miles de flores en su tumba, situada en los muros del Kremlin.
Algunos llevaban banderas rojas de la Unión Soviética, y otros retratos del implacable dirigente nacido en Georgia en 1878 con el nombre de Iósif Dzhugashvili.
"Sin el regreso de Stalin a Rusia, ni nosotros, los rusos, ni los demás pueblos autóctonos de Rusia sobreviviremos", dice AFP Vladimir Kvachkov, de 74 años, un coronel del servicio de inteligencia militar (GRU) ya retirado.
Stalin los inspiró a rebelarse
Aunque sólo tenían 13 años, los chicos ya leían las obras de Marx, Lenin y del propio Stalin como parte de su programa escolar. De estos libros aprendieron que aceptar la injusticia era un error.
También estudiaban atentamente la letra de "La Internacional", un himno del movimiento obrero escrito en la década de 1870 por un revolucionario francés y que más tarde pasó a ser usado por todos los que luchaban contra la desigualdades sociales.
La canción fue el himno nacional soviético entre 1922 y 1944. Los chicos no podían creer que la letra, que llamaba a las masas a levantarse contra las diferencias sociales, no estuviera prohibida en la Unión Soviética.
Los chicos y sus familias se enfrentaban a graves dificultades económicas y vivían al borde de la inanición con las raciones de comida de la posguerra.
En la época había un chiste popular en la Unión Soviética, el cual hablaba sobre el momento en que los líderes de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética, reunidos en la Conferencia de Yalta en febrero de 1945, discutían qué método emplear para ejecutar a (el líder nazi Adolf) Hitler, cuando la guerra acabara.
Estilo de vida
Churchill, entonces primer ministro británico, sugirió la horca. Roosevelt, el presidente estadounidense, propuso la silla eléctrica. Y Stalin, el líder soviético, creyó que la forma más eficaz sería poner a Hitler bajo raciones de comida soviética. Los otros dos estuvieron de acuerdo en que ése sería el castigo más cruel.
Pero no todo el mundo en la Unión Soviética se veía obligado a sobrevivir con raciones escasas. Los tres chicos tenían un compañero de clase cuyo padre era el director de una fábrica.
El estilo de vida de ese compañero era completamente distinto al de ellos: un chofer le llevaba a la escuela, comía comida mucho más rica en el almuerzo y en su fiesta de cumpleaños los chicos pudieron degustar agua con gas y ver películas de Charlie Chaplin, proyectadas en una pared.
La casa donde vivía la familia del director era espaciosa y cómoda, y no tenían q
¿Podrá Putin “alcanzar y superar” a Stalin?
La “estalinofilia” de la población sigue siendo un arma de doble filo, ya que también puede generar resentimiento hacia los dirigentes. Para los rusos que expresan respeto por Stalin, no es tanto una figura histórica como un símbolo de una “gran Rusia”, poderosa y respetada, una Rusia de justicia y orden, no muy diferente de los sentimientos del campesinado ruso hacia el zar Nicolás II.
Desde esta perspectiva, Stalin puede perder su estatus de “aliado” y “garante” y convertirse en un competidor embarazoso para Vladimir Putin. Con Stalin, el listón está muy alto, y el presidente ruso está condenado no sólo a medirse constantemente con su ilustre predecesor, sino también a ver erosionada su popularidad, como ocurrió en 2020-2021, en el contexto de la promulgación de la reforma de las pensiones, y de la no menos impopular gestión de la pandemia de Covid-19, cuando no llevar máscara se convirtió en un acto de desafío a las autoridades.
desestani, para parodiar un famoso eslogan de la era soviética. Sin duda, Putin sintió el “aliento helado del Comandante” que le planteó la fácil conquista de Ucrania y la instalación de un régimen títere en Kiev. También fue el modelo de Stalin el que le guió en su decisión de movilizarse para ahogar al ejército ucraniano “bajo montones de cadáveres”, como había hecho el Líder en la Segunda Guerra Mundial. El 28 de febrero de 2023, dirigiéndose a la cúpula del FSB, la agencia de contrainteligencia rusa, Putin dijo a sus hombres que redoblaran sus esfuerzos para “eliminar a las alimañas que pretenden dividir a los rusos con el apoyo de Occidente”: ¿podría estar preparándose una caza de brujas al estilo de 1937? Al menos no podemos decir que los rusos no estuvieran avisados. ¿Querían a Stalin? Puede llegar.
Fuentes: Infobae, BBC, Swissinfo