Un abrazo y un beso es el último recuerdo que tiene Daniel Zabala de su hermana Katherine Cando. Un día después, el 10 de enero del 2015, ella falleció en una clínica de Guayaquil cuando los médicos le realizaban una liposucción.
Desde entonces han pasado dos años y aún se indaga a los responsables. La familia se mantiene en que la joven fue víctima de una mala práctica y por eso el martes, 17 de enero, pidieron en la Fiscalía que el doctor que hizo la cirugía sea llamado a juicio.
A Melanie Montenegro también la recuerdan en fotografías. Ella murió en el quirófano dos días antes de la última Navidad, cuando un especialista le practicaba una liposucción.
Desde ese día, los familiares de Melania han acudido a la Fiscalía cada semana para pedir que se aclaren los hechos. Su padre, Edwin Montenegro, plasmó la imagen de la joven en camisetas blancas, pero añadió la foto del médico que la operó y una frase para pedir que los investigadores digan qué ocurrió exactamente.
Al igual que los familiares de Katherine Cando, los padres de Melanie dicen que su muerte fue provocada por una mala práctica profesional. Esta figura legal está vigente desde el 10 de agosto del 2014, cuando entró en vigencia el Código Integral Penal.
En el artículo 146 se establecen penas entre uno y tres años para quienes, ejerciendo su profesión, “ocasionen la muerte de otra persona”. La pena puede ser de tres a cinco años “si la muerte se produce por acciones innecesarias, peligrosas e ilegítimas”.
La legislación médica se volvió a abordar estos días en Quito, tras el arresto del médico Carlos López. A él lo condenaron a 12 meses de cárcel por supuestamente no atender a una joven extranjera (fallecida en el 2009 en una clínica) y no por mala práctica. Sus colegas aseguran que se criminaliza el trabajo de los galenos.
El Consejo de la Judicatura informó que entre el 10 de agosto del 2014 y octubre del año pasado, 31 personas han sido sometidas a juicio por la figura de mala práctica profesional. Del total, 28 son médicos y el resto es de otras áreas.
La Federación Médica Ecuatoriana, con 44 000 socios, dice que son más casos y calcula que los colegios provinciales reciben unas 3 000 quejas al año, pero no todas van a juicio.
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