Pese a los esfuerzos realizados por países africanos y a los llamados al cese al fuego de la ONU, la violencia en Sudan sigue escalando. El enfrentamiento entre los dos generales parece conducir inevitablemente en una guerra civil.
El Político
Los diplomáticos, que han jugado un papel crucial para tratar de instar al regreso de un gobierno civil, buscan desesperadamente una manera de lograr que los dos generales establezcan un diálogo.
Líderes regionales como los presidentes de Kenia, Sudán del Sur y Djibouti y otras figuras internacionales están intentando mediar para lograr un cese al fuego. Sin embargo, las posibilidades de un fin inmediato de los combates lucen lejanas.
Así lo dejó en claro el líder del RSF, el general Dagalo, quien afirmó que sus fuerzas solo están repeliendo a "radicales islámicos que quieren mantener a Sudán aislado y en la oscuridad".
"La lucha que estamos librando ahora es el precio de la democracia", escribió el uniformado en su cuenta de Twitter.
También pidió a la comunidad que intervenga para detener a su rival, el general Burhan.
Entre tanto, desde la capital sudanesa llegan numerosos reportes de muertos, heridos, escasez de agua y comida, luego de semanas de enfrentamientos.
Por qué es importante
La historia de conflictos e inestabilidad política en Sudán desde su independencia de Reino Unido en 1956 es un reflejo de la situación en gran parte del continente africano.
El impacto regional de una nueva guerra civil en Sudán podría ser significativo, ya que la inestabilidad en Sudán podría tener implicaciones para toda la región de África Oriental.
Sudán comparte fronteras con países como Etiopía, Chad y Libia, y un conflicto podría desestabilizar la región en su conjunto.
Además, la implicación de actores externos podría recrudecer la situación.
La región del cuerno de África ya es una zona de conflicto y de inestabilidad política, y una nueva guerra civil en Sudán podría agravar aún más la situación.
Panorama general
Los combates en la capital, Jartum, y en otros puntos son el resultado directo de una encarnizada lucha de poder entre los militares que tienen el poder. Estos enfrentamientos han dejado, hasta el momento, un saldo de más de 500 muertos y 4.000 heridos.
Se estima que al menos 200 niños han muertos y 1.700 resultaron heridos por los enfrentamientos armados. Así lo informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, agregó que “por el bien de los niños y niñas de Sudán, la violencia debe cesar”. La entidad de ONU no pudo confirmar las cifras en terreno.
El reporte se basa en los informes locales que se reciben desde el país africano que suma casi tres semanas en medio de un conflicto bélico.
En contexto
Sudán se ha convertido desde mediados de abril en escenario de violentos enfrentamientos entre miembros del ejército y de las milicias paramilitares conocidas como Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés).
Este país ha sido gobernado por un consejo de generales. Dos militares se encuentran en el centro de la disputa.
Por un lado, el general Abdel Fattah al Burhan, quien se desempeña como jefe de las fuerzas armadas y, de hecho, ocupa el cargo de presidente del país.
Por el otro, su segundo y líder de las RSF, el general Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti.
La cifra
Aunque no hay cifras exactas. Un informe de la agencia de noticias de la ONU, indica que más de 100,000 personas han huido de Sudán a países vecinos en busca de seguridad.
En conclusión
Una nueva guerra civil en Sudán tendría graves consecuencias humanitarias y geopolíticas en la región de África Oriental. La región del cuerno de África ya es una zona de conflicto y de inestabilidad política. Una nueva guerra civil en Sudán podría agravar aún más la situación.
- Aumentaría la crisis humanitaria en el Cuerno de África, (donde Etiopía y Somalia ya se encuentran inmersas en sus propios conflictos).
- Podría provocar desplazamientos masivos de la población, (lo que agravaría aún más la situación humanitaria en la región).
- Generaría un caldo de cultivo ideal para la implicación de actores externos, (lo que recrudecería la situación).