Si hay un Mundial FIFA polémico es éste, el que en pocos días se llevará a cabo en Catar, pequeño Estado árabe de 11.571 Km2, ubicado en el Golfo Pérsico.
Mario A. Beroes R./El Político
Hoy en día quedan tantos interrogantes sobre su historial de derechos humanos y sobre la forma en que se le concedió la Copa del Mundo como hace una década.
Fraude, compra de votos para obtener la sede, corrupción y violaciones a los DDHH son, entre muchas otras, las acusaciones que empañan uno de los eventos deportivos más importantes en el mundo. Quizás por eso, doce años después de ganar la candidatura para albergar el evento futbolístico, la diplomacia deportiva se ha convertido en un elemento importante de la política exterior del Estado del Golfo.
Luego que Sepp Blater, entonces presidente de la Federación de Internacional de Futbol Asociado (FIFA), anunciara en diciembre de 2010, para sorpresa de muchos, que Catar había ganado la candidatura para la Copa Mundial de Fútbol de 2022, comenzaron a surgir sospechas de que no había sido una elección totalmente limpia.
El pequeño Estado dice haber gastado al menos 200.000 millones de dólares en infraestructura antes de la Copa del Mundo, además de cientos de millones en los mejores campeones de fútbol; también ha patrocinado a algunos de los mejores equipos de fútbol del planeta y ha dado apoyo a una larga lista de eventos deportivos globales.
FIFA culpable
Para muchos la FIFA también es culpable de la situación. En el caso de Catar le otorgaron la Copa Mundial bajo medios controvertidos y, desde una perspectiva de derechos humanos, según una serie de trabajos publicados por Swissinfo.com
La FIFA, según un informe de HRW "atribuyó el evento y no puso ninguna condición sobre cualquiera de los abusos de derechos, por lo que se llegó a una pésima situación sobre el tema de DDHH."
En marzo, dos meses después de anunciar que se había mudado a Qatar, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, restó importancia a las muertes de los obreros migrantes, afirmando que los trabajadores sienten "dignidad y orgullo" en condiciones difíciles.
¿Futbol en Catar?
Catar, que no tiene tradición futbolística, se enfrentaba a una limitación como nación anfitriona, ya que las temperaturas medias del verano superan los 40° C.
El Estado, rico en combustibles fósiles, podría haber argumentado lo contrario, pero celebrar el evento deportivo en junio y julio, cuando normalmente se lleva a cabo, era una perspectiva arriesgada para los jugadores.
Los "estudios de factibilidad" internos del organismo mundial de fútbol determinaron que el torneo no sería viable durante la franja regular del verano.
Sin embargo, el inicio se confirmó para finales de noviembre o principios de diciembre de 2022, para desesperación de los organizadores de torneos europeos y fanáticos por igual.
Durante mucho tiempo se rumoreó que Estados Unidos y el Reino Unido, que se habían postulado para las Copas del Mundo de 2018 y 2022 junto con Corea, Japón y Australia, estaban entre los favoritos.
Pero el intenso cabildeo de Qatar, la discutible inclinación de la FIFA por apoyar a un gobierno autoritario por encima de la democracia para hacer el trabajo, y el hecho de ser sede en una región donde el deporte podría seguir creciendo, jugaron a favor del emirato.
Jérôme Valcke, exsecretario general de la FIFA, admitió en 2013 que "menos democracia es a veces mejor para organizar un Mundial". Desde entonces ha sido condenado en Suiza por aceptar sobornos.
Posteriormente, las investigaciones en Estados Unidos y Suiza culminaron en 2015 con la revelación de un enorme escándalo de corrupción masiva en la FIFA, seguido de arrestos de altos funcionarios y el fin del mandato de Blatter.
Reputación catarí dañada
A pesar de haber ganado la candidatura, la reputación de Qatar como anfitrión deportivo creíble y transparente quedó gravemente dañada.
Dicha reputación solo empeoró a medida que el país se embarcaba en la búsqueda de hacer realidad la candidatura a la Copa del Mundo.
Los informes de grupos de derechos humanos y de equipos nacionales de fútbol sobre los abusos y las muertes de los trabajadores migrantes que construían la infraestructura para el Mundial se convirtieron en un obstáculo creciente para la imagen optimista que el país ansiaba proyectar.
El intento de Catar de encubrir tanto el costo humano de los juegos como las acusaciones de corrupción relacionadas con la candidatura no está exento de polémica.
Los grupos de derechos humanos han acusado al país de impulsar una agenda unilateral que difumina los abusos de los derechos humanos en el país.
Incluso antes de la candidatura, Qatar, consciente de su mala imagen internacional, trató de aumentar el apoyo entre organizaciones deportivas, jefes de Estado y diplomáticos. Quizás ante esto, eligió la ciudad de Ginebra como lugar para dirigir una enorme campaña de relaciones públicas.
Vínculos con Hamas
Múltiples medios de comunicación e investigaciones a nivel internacional han informado de los vínculos de Catar con el apoyo financiero a Hamás, el grupo palestino designado por muchos países como grupo terrorista; ISIS; Al-Qaeda, incluso en Libia y Yemen; y el Frente al-Nusra en Siria.
Catar ha negado su apoyo al terrorismo.
Suiza intenta lavar la cara
En la última década, Catar ha creado una compleja red en numerosas agencias de la ONU con sede en Ginebra. Ha duplicado su peso relativo general como contribuyente a las Naciones Unidas, lo que se conoce como escala de valoración.
Eso incluye, entre 2012 y 2022, donaciones por 49 millones de dólares a la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) con el propósito de ayudar a los refugiados y desplazados en Oriente Medio, Bangladesh y Somalia, según dicho organismo internacional.
Qatar también encabezó sus propias iniciativas, como el Centro Internacional para la Seguridad en el Deporte (ICSS), registrado en Ginebra, y una rama del ICSS, la Alianza Global para la Integridad en el Deporte (SIGA).
Ambas agencias deportivas tienen sus sedes en Ginebra, Suiza.
Más de 10 años después de la campaña de relaciones públicas de Catar, es difícil determinar con precisión lo que el emirato ha logrado.
Dentro del ecosistema internacional de Ginebra, las críticas al historial de derechos humanos de Qatar pueden estar algo atenuadas, y algunas organizaciones evitan condenar directamente al pequeño país del Golfo Pérsico.
Mercadeo a millón y por millones
Desde 2010, en el marco del intento del emirato para convertirse en una fuerza global en el deporte internacional, la compañía estatal Qatar Airways se convirtió en patrocinador oficial de los principales equipos de fútbol internacionales, incluido el PSG.
Su multimillonario patrocinio de la camiseta del equipo en 2022 se produjo dos años después de que el gobierno rescatara a la aerolínea, tras las pérdidas relacionadas con la pandemia.
En 2013, el apoyo del fondo soberano de Qatar al FC Barcelona fue sustituido por otro patrocinio multimillonario de la aerolínea, antes de que los aficionados instaran al club a deshacerse del acuerdo en medio de las continuas acusaciones de abusos de los derechos de los trabajadores relacionados con el Mundial de 2022.