Un sujeto hasta ahora sin identidad asesinó la tarde de este miércoles a cuatro personas, entre ellas un niño, con tiroteos en un complejo de oficinas y negocios en Orange, próximo a Los Ángeles, California. Se trata del tercer tiroteo masivo en un lapso de poco más de dos semanas después de los trágicos sucesos ocurridos en Atlanta y Colorado.
El Político
El informativo digital La Opinión narra que el suceso secunda a los más recientes ataques a los spas en la localidad de Atlanta y la trágica matanza en un supermercado en Boulder, Colorado, que arrojó 22 asesinatos.
Conforme a la información que ahora difunde el sitio digital informativo La Opinión, los funcionarios de seguridad de la localidad de Orange, respondieron con la inmediatez del caso una llamada realizada a las 5:30 pm por disparos con arma de fuego en el 202 de W. Lincoln Ave.
En el sitio los uniformados hallaron múltiples víctimas y aún se sentía la balacera. Se produjo entonces un intercambio armado con los oficiales. El tirador resultó herido de un disparo y fue trasladado a un hospital donde es atendido con situación crítica.
California en seguidilla
El suceso se apega a una historia sin fin en Estados Unidos relacionada con los tiroteos masivos. Donde resulta más asequible adquirir un fusil de asalto que obtener la licencia para conducir vehículos. Poco antes sucedió en Atlanta y Colorado. Allí las autoridades evalúan su intención de imponer mayores controles a la venta de armas. Frente a la manifiesta intención de la poderosa Asociación del Rifle, según la cual, el derecho a portar armamento se consagra en la Constitución de la nación norteamericana.
En Colorado la policía identificó a un hombre de 21 años sospechoso de matar a tiros diez personas. Incluyendo al policía que fue el primero en responder a los pedidos de auxilio. En el caso los detectives no han logrado esclarecer el motivo del crimen, aunque manifestaron que su su autor lo hizo en solitario.
En EEUU, la historia continúa, en medio de las aseveraciones que distinguen este tipo de hechos como horribles y trágicos.
Fuente: La Opinión