¿Si a Europa le costó 35 años el poder conciliar una moneda única, el euro; cuántos años podría llevarle a Latinoamérica ponerse de acuerdo y acordar una moneda única, cuyo nombre tentativo sería "sur"?
Mario Beroes/El Política
La idea surge de los gobiernos de Argentina y Brasil y sería planteada mañana en la inauguración de la 24ª Cumbre de la Comunidad de Estados latinoamericanos y del Caribe (Celac), por los presidentes de ambas naciones, Alberto Fernández y luiz Inácio "Lula" da Silva.
La idea surge del ministro de Finanzas de Argentina, Sergio Massa, quien en entrevista con el diario británico Financial Times explicó que "se están estudiando los parámetros necesarios para una moneda común, lo que incluye desde cuestiones fiscales hasta el tamaño de las economías y el rol de los bancos centrales.”
"Sería un estudio de los mecanismos de integración. No quiero crear falsas expectativas … es el primer paso de un largo camino”.
Si Europa pudo, Latinoamérica ¿también?
La moneda, que todavía no se sabe si será digital, o también tendrá su versión en físico, El eventual “sur” funcionaría inicialmente en paralelo con la existencia del peso argentino y del real brasileño, con el objeto de estimular el comercio regional y reducir el uso y la dependencia del dólar.
Massa en la entrevista afirma que será "una iniciativa bilateral, que será ofrecida a otros países de la región."
"Una unión monetaria que cubriría toda Latinoamérica, que representa cerca del 5% del comercio global: Sería la segunda moneda común, detrás del euro, que abarca 14% del PBI mundial.
Massa además se apoya en la cercanía ideológica de da Silva y Fernández, y que en este caso no contaría con el rechazo del banco central de Brasil, que en tiempos de Bolsonaro y Macri se había opuesto al "peso real", temeroso del “contagio” de la inestabilidad monetaria argentina.
MinFinanzas del Brasil no sabe nada
En Brasil, un vocero del Ministerio de Finanzas le dijo al Financial Times que no tenía ninguna información acerca de un “grupo de trabajo” sobre el tema de la moneda común con la Argentina, pero recordó que el ministro Fernando Haddad había sido coautor de un artículo en el que se propuso una moneda digital común para América Latina.
-En 2022 el comercio bilateral entre la Argentina y Brasil aumentó 21%, y el atractivo de una moneda común es más obvio para la Argentina, donde la inflación se acerca al 100% mientras el Banco Central imprime dinero para financiar el gasto.
De hecho, recuerda, desde que Alberto Fernández asumió el gobierno, el monto de dinero en circulación se cuadruplicó y el billete de más alta denominación vale menos de 3 dólares si se tiene en cuenta el “ampliamente usado” tipo de cambio paralelo.
Conclusión
Los problemas con la moneda común son muchos. Además de la reticiencia brasileña, Argentina no tiene acceso al crédito internacional desde el default de 2020 y debe al FMI más de $ 40.000 millones del rescate financiero de 2018.
A diferencia de 2019, cuando Macri y Bolsonaro se entusiasmaron con la idea de crear el “peso real”, proyecto que apoyaba el entonces ministro de Hacienda Argentino Nicolás Dujovne, ahora –al menos del lado argentino- el proyecto podría tener apoyo de la oposición.
El gobierno argentino apuesta ahora al Bandes para financiar la segunda etapa del “Gasoducto Presidente Néstor Kirchner”, que permitiría exportar el gas de Vaca Muerta a Brasil, un común interés de ambos países, dada la declinación de la producción de gas de Bolivia, que exporta a ambos países.