jueves 28 noviembre 2024 / 6:30

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Talibanes en el poder… ¿Qué le espera ahora a Afganistán?

Los talibanes controlan controlan Afganistán. ¿Qué le espera ahora al país asiático? ¿Quiénes ganan y quiénes pierden? ¿Cuál será su impacto en la zona?

El Político

La caída de Kabul en manos de los talibanes es un hito más del trágico proceso  que atraviesa Afganistán en el que son más los que pierden que los que ganan. Pero hay consenso en que tendrá impacto más allá de sus fronteras.

Los talibanes en el pasado fueron instrumentos de otros. Como Pakistán  para respaldar activamente sus ansias de poder. O Estados Unidos que  admitía sin titubeos su utilidad para pacificar un escenario revuelto.

Hoy son presentados como la encarnación del mal. Sin reparar en que cuentan con sustanciales apoyos internos y externos. Tanto o más poderosos que en el pasado.

Aunque tras la fachada de generalizada condena apenas se disimula su aceptación como un mal menor.  A lo que se suma que no parece que las milicias locales y los antiguos "señores de la guerra" vayan a resultar eficaces en su oposición armada a quienes pretenden reverdecer sus pasados laureles.

A lo que hay que sumar que China y Rusia decidieron retirarse de un escenario que, a fin de cuentas, es secundario en su agenda. Para ambas potencias no es este el tipo de desafíos que en su criterio afectan directamente a los intereses vitales de EEUU.

1.- Los que ganan

Los talibanes

Como ganadores netos –lo que no quiere decir que su victoria sea sostenible–, destacan obviamente los talibanes.

No han necesitado vencer batallas sobre el terreno, les ha bastó con asistir a la implosión de un gobierno corrupto e incompetente.  Y con un presidente que huyó del país.

Por su parte, las fuerzas armadas y de seguridad colapsaron, sin voluntad de defensa. Lo que permite a los talibanes aprovisionarse de un importante arsenal militar.

En paralelo, los talibanes lograron  el apoyo mercantilista de unos líderes tribales que ahora los ven como caballo ganador. Aunque mañana pueden volver a cambiar su apuesta.

Pakistán

Es el vecino que más beneficios obtiene de lo ocurrido. Hace mucho que Islamabad lleva jugando con fuego en el territorio de su vecino, tratando de imponer allí un gobierno amigo. Uno que no plantee una amenaza a sus intereses, para poder concentrar su atención en su tradicional enemigo: India.

Lo que ahora espera es poder rentabilizar ese sostenido apoyo. Aunque no cabe suponer que India se lo vaya a poner fácil.

El terrorismo islámico

El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mark Milley, admitió este domingo que los grupos terroristas podrían reorganizarse en Afganistán antes de lo que se había previsto, asumiendo que la fulgurante conquista talibán beneficiará a grupos como Al Qaeda.

Según fuentes consultadas por el portal de noticias Axios lo reconoció en una conversación con senadores. En  el encuentro calificó como obsoleto el plazo de dos años que venía estimando las Fuerzas Armadas para un potencial resurgir terrorista.

2.- Los que pierden

El pueblo afgano

Entre los primeros sobresalen los afganos que vuelven ahora a quedar bajo el dictado de los Talibanes. Quienes ya demostraron en la última década del pasado siglo su absoluto desprecio por la vida de quienes no compartan su visión del Islam.

La credibilidad de EEUU

La credibilidad estadounidense como gendarme mundial y como garante último de la seguridad de sus aliados se resquebraja por completo ante el empuje talibán.

Inevitablemente, aliados como Taiwán o los países bálticos se estarán preguntando ahora mismo qué garantías reales de seguridad pueden esperar de Estados Unidos ante el empuje de Pekín o Moscú. Si pese de su abrumadora superioridad militar, ni siquiera pudo hacer frente a un simple grupo irregular.

La democracia

En todo caso, se equivocan quienes consideran que EEUU fracasó en Afganistán porque los afganos se quedan desamparados y los talibanes vuelven al poder.

El error deriva de no entender que el objetivo de la invasión y ocupación nunca fue el bienestar y seguridad de los casi 40 millones de afganos o democratizar el país. EEUU solo buscaba responder al 11S e hizo lo que consideró necesario para que no se repitiera algo similar.

La comunidad internacional

Pierde también el resto de países que acompañó a Washington en la desventura militarista que arrancó con la invasión de octubre de 2001.

No escapa a ese cartel de perdedores el conjunto de las instituciones de la comunidad internacional. Por mucho que haya habido agencias humanitarias y organizaciones de la sociedad civil que buscaron aliviar los efectos de una brutal situación como la que arrastran los afganos desde hace décadas.

Que la OTAN o la ONU amenacen ahora a los talibanes con no reconocerlos como interlocutores válidos no les va a quitar el sueño ni un minuto.

Los DDHH

Si los talibanes cumplen con su parte del trato establecido con Washington en Doha y evitan atacar objetivos occidentales y se distancian de Al Qaeda y Dáesh, nada pasará de las consabidas declaraciones de condena. Tan altisonantes como vacías de contenido político y militar.

A nadie le va a importar si los afganos vuelven a sufrir las consecuencias de un poder tan nefasto y la violación de sus derechos humanos.

Lo mismo vale para China y Rusia, siempre que los talibanes eviten traspasar líneas rojas que pudieran obligarles a tener que ir más allá.

Las mujeres

Afganistán ya no es un sitio seguro para muchos. Mucho menos para las mujeres y las niñas. En 1996, cuando se declaró el Emirato Islámico de Afganistán, mujeres y niñas vieron cómo sus libertades quedaban profundamente mermadas con la estricta aplicación de la sharia.

Aunque el Talibán declaró el martes una “amnistía” en todo Afganistán e instó a las mujeres a unirse a su gobierno, existe un excepticismo generalizado. Se sustenta en los recuerdos de su gestión anterior y en los rumores que circulan ya profusamente.

Los talibanes han asegurado que defenderán los derechos de las mujeres "acordes con los preceptos del islam".

3.- Lo que se pide

De allí que la comunidad internacional pida a los talibanes mantengan abiertas las fronteras para que todo el que quiera abandonar el país lo haga, en condiciones de seguridad.

Al tiempo que las onegés reclaman que se preste "atención preferente a las mujeres en especial situación de riesgo. Sea por haber desempeñado tareas profesionales prohibidas por los talibanes, asistido a escuelas y universidades, conducido su vida al margen de una moral fanática" u otros muchos motivos.

Fuentes: ElDiario.es / Europa Press / El Confidencial

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