El presidente brasileño, Michel Temer, juramentó este martes al diputado Osmar Serraglio como ministro de Justicia y al senador Aloysio Nunes como canciller, y subrayó la "fundamental integración" que existe entre su Gobierno y el Parlamento.
Redacción El Político
Los dos nuevos ministros prestaron juramento en un acto conjunto celebrado en el Palacio presidencial de Planalto y al que asistieron cientos de parlamentarios, lo que Temer interpretó como una "prueba absoluta" del apoyo de las cámaras legislativas a su Gobierno, señala EFE.
"Esta fundamental integración, extraordinaria, entre los poderes Ejecutivo y Legislativo es muy importante", declaró Temer, quien la definió como una suerte de "semiparlamentarismo" que surge frente a la "cultura centralista" del régimen presidencialista brasileño.
"En el presidencialismo que se practicó en Brasil el ejercicio del poder es muy centralizador, pero un gobierno democrático, que quiere reformar la cultura política del país, debe trabajar junto con el Legislativo", apuntó el presidente, quien también estableció lo que espera de sus nuevos ministros.
En el caso de Nunes, abogado de 71 años, senador y hasta ahora miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, subrayó que se trata de un parlamentario "que conoce muy bien Brasil y el mundo", tras lo cual apuntó que "nadie mejor para cuidar de las relaciones externas" del país.
Según Temer, Nunes continuará el "trabajo de universalización" de las relaciones exteriores comenzado por su antecesor José Serra, quien renunció hace diez días por problemas de salud y, como él, es miembro del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
"No vamos a segmentar la política exterior según una u otra realidad" y "las relaciones no serán de naturaleza personal con uno u otro presidente, sino que serán relaciones de Estados", afirmó.
Según Temer, la tarea de Nunes, "ya iniciada por Serra, será traer a la diplomacia de vuelta a sus mejores tradiciones" y "defender los intereses de los brasileños en el mundo".
Sobre Serraglio, abogado de 68 años y del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera Temer, el mandatario dijo que su mayor desafío será el combate a la criminalidad y garantizar que "la ley y el orden" se impongan en un país con elevadísimas tasas de violencia e inseguridad.
"Haremos por la seguridad publica nacional lo que nunca se hizo en Brasil", garantizó Temer, quien citó algunas de las medidas que ha adoptado su Gobierno en esa área, como la decisión de invertir 900 millones de reales (290,3 millones de dólares) en obras destinadas a la construcción de 25 nuevos presidios.
Esa decisión fue adoptada tras una serie de rebeliones desatadas en las cárceles a inicios de este año y que dejaron unos 150 muertos en motines y enfrentamientos entre pandillas.
Serraglio ocupará en el Ministerio de Justicia la vacante dejada por Alexandre de Moraes, quien dentro de unas semanas tendrá un puesto en la Corte Suprema de Justicia, para el que fue propuesto por Temer y aprobado por el Senado.