La ley que reforma el Impuesto Sobre los Servicios (ISS) en Brasil y que extiende su incidencia a empresas que cobran por ofrecer música y películas en internet como Netflix y Spotify fue publicada hoy en el Diario Oficial tras ser sancionada por el presidente brasileño, Michel Temer.
Este tipo de empresas, que hasta ahora estaba exenta de impuestos, pasará a pagar una tasa de ISS del 2 % sobre su facturación, según la ley que el Congreso brasileño aprobó el 14 de diciembre y que Temer sancionó con pequeños vetos.
La ley busca unificar los criterios de cobro del impuesto sobre los servicios en Brasil, que es recaudado por los Gobiernos municipales cada una con reglas propias y había generado una "guerra fiscal", ya que muchas ciudades ofrecían exención del ISS para atraer inversores.
Según la norma sancionada, ningún municipio podrá usar el ISS para ofreces exenciones, incentivos o beneficios tributarios o financieros.
Los legisladores aprovecharon la reforma para ampliar la lista de servicios que pueden ser tributados e incluyó a los distribuidores de contenidos en internet.
Entre las empresas a las que se extiende el tributo figuran las que "ofrecen, sin cesión definitiva, contenidos de audio, vídeo, imagen y texto por medio de internet".
La tasa, sin embargo, no incidirá sobre las empresas que ofrecen libros y periódicos en internet.
Otros servicios a los que fue extendido el impuesto fueron vigilancia, aplicación de tatuajes, reforestación, programación de ordenadores, transporte de cadáveres y cesión de uso de espacio en cementerios.
Los únicos vetos introducidos por Temer en la nueva ley se refieren a los municipios que podrá cobrar impuestos sobre servicios como operaciones financieras y tarjetas de crédito, ya que los legisladores querían beneficiar a las ciudades en las que están domiciliados los usuarios.
Sin embargo, el texto sancionado prevé que tal cobro sea hecho por los municipios en que están domiciliadas las empresas que prestan el servicio.
La ley podrá aliviar las finanzas de varios municipios que enfrentan dificultades por la actual recesión en Brasil, cuya economía se retrajo un 3,8 % en 2015, su peor resultado en 25 años, y puede encoger otro 3,5 % en 2016 según las últimas proyecciones.
Con información de: EFE