Este miércoles (20.01.2021) será la toma de posesión Joe Biden como cuadragédimo sexto presidente de los Estados Unidos en una ceremonia marcada por la pandemia y las extremas medidas de seguridad.
El Político
Joe Biden jurará solemnemente su voluntad de "preservar, proteger y defender la Constitución de Estados Unidos", este miércoles, cinco minutos antes del mediodía.
Será la toma de posesión número 59 en la historia de los Estados Unidos, desde aquel 30 de abril de 1789 cuando George Washington inició la tradición al jurar como presidente en un balcón de Wall Street.
El juramento, el discurso y la ceremonia se parecen, pero los detalles han variado. Las tomas de posesión son tan variadas como el país. Para muestra estas 10 que presentamos a continuación.
Más concurrida
La primera toma de posesión de Obama en 2009 batió el récord de asistencia en las celebraciones presidenciales y de cualquier acto público en Washington. Al menos 1,8 millones de personas contemplaron la toma de posesión del primer presidente afro-americano de la historia de Estados Unidos.
Más caótica
En 1829, Andrew Jackson quiso hacer honor a su campaña de hombre del pueblo y aceptó saludar a los ciudadanos que querían verle tras la toma de posesión y darle la mano. Aparecieron más de 20.000 y la muchedumbre casi aplastó al presidente. A punto de la asfixia, Jackson tuvo que refugiarse en un hotel cercano a la Casa Blanca lejos de la fiesta.
Más poética
En 1961, John F. Kennedy fue el primero que recurrió a un poeta, Robert Frost, para recitar unos versos en su toma de posesión. El presidente dijo en su discurso una de las frases más famosas de la retórica política: "No preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregunta qué puedes hacer tú por tu país".
Más triste
Lyndon Johnson fue el primero y hasta ahora el único en tomar posesión en un avión. Lo hizo el 22 de noviembre de 1963 en el Air Force One tras el asesinato de Kennedy. La juez del distrito Sarah Hughes se convirtió en la primera mujer en tomar el juramento presidencial.
Más corta
En su segunda toma de posesión, en 1793, George Washington pronunció el juramento de 35 palabras que marca la Constitución e hizo un discurso de sólo 135 palabras. Fue en una pequeña sala del Senado en Filadelfia, sede temporal del Gobierno.
Más larga
En 1841, William Henry Harrison dio un discurso de 8.445 palabras. Habló durante dos horas y media e insistió en seguir al aire libre y con poco abrigo en un día gélido. Murió un mes después de una neumonía cogida en su desafiante toma de posesión.
El discurso largo que tiene más mérito es la de Franklin Pierce, que en 1853 recitó 3.319 palabras sin leer nada y ni una sola nota de ayuda.
Más fría
Desde que en 1937 la vigésima enmienda de la Constitución cambió la fecha de la toma de posesión de marzo al 20 de enero, los presidentes han padecido más el frío, la lluvia, la nieve y el hielo del duro invierno de la Costa Este. La toma de posesión más fría hasta ahora ha sido la segunda de Ronald Reagan, en 1985, cuando el termómetro marcó en Washington 13 bajo cero. La toma de posesión, de hecho, se celebró dentro del Capitolio.
El tiempo a menudo ha obligado cambiar planes. En 2001, George W. Bush quería jurar sobre la Biblia utilizada por George Washington en 1789. Ya la tenía consigo, pero no se atrevió a utilizar el documento histórico por la lluvia y se tuvo que conformar con la Biblia familiar.
Más cálida
La primera de Reagan, en 1981, batió otro récord con una temperatura alrededor de los 12 grados. Fue una celebración especial, llena de cámaras, a petición del actor convertido en presidente. También se cambió el lugar del Capitolio para el juramento de la escalinata oriental a la occidental: Reagan quería mejorar la visión de los espectadores.
Más deslucida
El 20 de enero de 1945, Franklin D. Roosevelt tomó posesión por cuarta vez (antes de que la enmienda vigésimo segunda de la Constitución limitara a dos mandatos la Presidencia). En medio de la guerra, se suspendió la celebración formal habitual. No hubo desfile por el racionamiento de gas y madera. Roosevelt murió menos de tres meses después.
Menos religiosa
Hasta la fecha, casi todos los presidentes han tenido al lado una Biblia, aunque la Constitución no dice que sea necesario. Entre las excepciones están Teddy Roosevelt y John Quincy Adams, que juró con la mano encima de un libro de Derecho.
Además, la Constitución da la opción de "jurar", que tiene una connotación más religiosa, o de "prometer" el cargo. Sólo hay constancia de que un presidente "prometiera": en 1853, Franklin Pierce se negó a utilizar Biblia o a pronunciar la palabra "jurar". Dos meses antes su hijo había muerto en un accidente de tren y Pierce se lo tomó como "un castigo de Dios". A partir de ahí, empezó a cuestionar el cristianismo y no quiso comprometerse ante ninguna divinidad al asumir la Presidencia.
Fuente: El Mundo