El presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo que centrará ahora sus esfuerzos en la reforma fiscal, un objetivo para el que hay mucho apetito de la mayoría republicana en el Congreso, tras el fracaso de su plan para reemplazar la ley sanitaria de 2010.
"Ahora vamos a ir a por la reforma fiscal", indicó Trump en declaraciones a periodistas desde el Despacho Oval.
El mandatario dijo que había pensado en impulsar "antes" la reforma fiscal que la sanitaria, pero que finalmente decidió dedicarse a la de salud, de cuyo fracaso culpó a los demócratas.
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"Probablemente vamos a empezar a actuar muy fuerte para conseguir grandes recortes fiscales. La reforma fiscal será lo próximo", afirmó el mandatario.
Los republicanos llevan años abogando por reformar el sistema fiscal estadounidense, y el equipo de Trump ha expresado su interés en reducir el impuesto de sociedades para mantener a las grandes empresas en EE.UU., pero aún hay divisiones en el partido respecto a cómo llevar a cabo esa reforma.
El presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., el republicano Paul Ryan, reconoció hoy que las divisiones del partido que han provocado el fracaso del plan sanitario pueden generar desencuentros también en plano fiscal.
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"Sí, esto hace que la reforma fiscal sea más difícil. Pero de ninguna manera hace que sea imposible. Procederemos con la reforma fiscal", aseguró Ryan en declaraciones a la prensa.
El primer voto sobre el plan de salud estaba previsto para este jueves, pero los republicanos se vieron obligados a posponerlo por carecer de apoyos suficientes, aunque Trump les dio un ultimátum y les exigió que sometieran la propuesta hoy a consideración o, de lo contrario, dejaría en pie el sistema actual de salud.
Finalmente, justo antes de llegar la hora del voto hoy, Trump y Ryan decidieron retirar el proyecto de ley para evitar que fracasara en el pleno de la Cámara.
EFE