La Bolsa de Buenos Aires experimentó, este martes, lo que bien podría calificarse como el “efecto Milei”.
El Político
Durante la jornada, los accionistas y bonistas parecieron no prestar atención a la deteriorada economía argentina, cuya inflación anual supera 140%.
Los inversores tampoco tomaron en cuenta la paridad cambiaria, ni siquiera la del mercado informal.
El denominado “dólar blue” continuó a 1.000 pesos argentinos por cada dólar, lo mismo que en la víspera del balotaje del 19 de noviembre.
Tras el feriado del lunes (día posterior a la elección presidencial), los mercados reaccionaron de manera positiva a la escogencia de Javier Milei.
La Bolsa de Buenos Aires se disparó más de 20% impulsada, sobre todo, por una apreciación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
Las acciones de la compañía se dispararon hasta 40%, en clara muestra de que a los inversores les interesa tener participación en la petrolera.
La estatal, una de las empresas nacionalizadas por el kirchnerismo, entrará en venta tras la llegada de Milei a la Presidencia.
Durante su campaña hacia la Casa Rosada (sede del poder Ejecutivo en Argentina), el dirigente liberal promovió un plan de privatizaciones.
La medida subastará la titularidad de YPF, pero también de medios de comunicación que, en la actualidad, se encuentran controlados por el Estado.
Aerolíneas Argentinas, otra de las compañías nacionalizadas por la izquierda, pasará, de igual modo, a manos de particulares.
Además de la desestatización, Javier Milei quiere impulsar una dolarización de la economía y la supresión del Banco Central.
El presidente electo, quien asumirá el 10 de diciembre, prometió además una reducción en el número de ministerios federales.
El recorte, que podría generar roces con gremios y centrales sindicales, pretende llevar de 18 a ocho el número de carteras que integran el Ejecutivo.
Todo lo anterior forma parte de una gran iniciativa que busca empequeñecer al Estado para aminorar el gasto público.
Javier Milei también tiene el ojo puesto sobre la inflación, un fenómeno que, según ha dicho, controlará al evitar que se continúe emitiendo moneda inorgánica.