En un acto celebrado en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump presentó un ambicioso proyecto de defensa nacional que promete revolucionar la seguridad de Estados Unidos. Junto al secretario de Defensa Pete Hegseth, el general Michael Guetlein —director del proyecto y vicejefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial— y varios senadores, Trump anunció la construcción de un sistema de defensa antimisiles denominado “Cúpula Dorada” (Golden Dome), que tendrá un coste estimado de 175.000 millones de dólares y estará operativo para el año 2028.
El proyecto Golden Dome se presenta como una evolución y ampliación del sistema israelí Cúpula de Hierro, conocido por su eficacia para interceptar cohetes y misiles de corto alcance. Sin embargo, el sistema que propone Trump va mucho más allá: busca proteger todo el territorio estadounidense frente a una amplia gama de amenazas, incluyendo misiles balísticos intercontinentales, misiles hipersónicos, misiles de crucero y ataques desde el espacio exterior.
El general Guetlein explicó que el sistema combinará tecnologías avanzadas de sensores y plataformas de interceptación desplegadas en tierra, mar y espacio, creando una red integrada capaz de detectar y neutralizar amenazas en tiempo real desde cualquier punto del planeta. Esta capacidad de defensa multi-dimensional sería un salto tecnológico sin precedentes, según sus palabras.
El coste estimado para desarrollar y desplegar la Cúpula Dorada asciende a 175.000 millones de dólares, una cifra que supera ampliamente los presupuestos históricos en defensa antimisiles de Estados Unidos. Trump destacó que esta inversión es necesaria para garantizar la seguridad nacional frente a las crecientes amenazas de potencias como China y Rusia, que han avanzado en el desarrollo de misiles hipersónicos y otras tecnologías ofensivas.
En detalle
Para iniciar el proyecto, la administración ha solicitado una partida inicial de 25.000 millones de dólares que permitirá comenzar con las fases de diseño, pruebas y despliegue de los primeros componentes del sistema. Según Trump, el objetivo es que el escudo esté plenamente operativo antes de que finalice su mandato, es decir, para 2028 o 2029.
Durante su discurso, Trump calificó la Cúpula Dorada como “el mejor sistema jamás construido” y un “cambio de juego” en la defensa de Estados Unidos. Recordó que este proyecto es la culminación del sueño iniciado por Ronald Reagan con la Iniciativa de Defensa Estratégica —popularmente conocida como “Star Wars”— y que ahora, gracias a los avances tecnológicos, es posible llevarlo a cabo.
El presidente también subrayó que el sistema no solo protegerá a la población civil y a las fuerzas armadas, sino que también servirá como un disuasivo poderoso frente a cualquier adversario que contemple un ataque contra territorio estadounidense.
A pesar del entusiasmo mostrado por la administración Trump, expertos en defensa y analistas internacionales han expresado escepticismo sobre la viabilidad del proyecto en los plazos y con el presupuesto anunciados. La defensa integral de un país con la extensión y complejidad de Estados Unidos frente a amenazas tan variadas y sofisticadas representa un desafío tecnológico y logístico enorme.
Además, algunos críticos advierten que la inversión podría desviar recursos de otros programas militares prioritarios y que la escalada en sistemas de defensa antimisiles podría generar nuevas tensiones geopolíticas, especialmente con potencias como Rusia y China.
No obstante, la propuesta de Trump marca un punto de inflexión en la estrategia de defensa nacional estadounidense, apostando por una integración sin precedentes de tecnologías espaciales, terrestres y marítimas para crear un escudo protector robusto y adaptable a las amenazas del siglo XXI.
Si el proyecto avanza según lo previsto, la Cúpula Dorada podría convertirse en un referente mundial en defensa antimisiles, redefiniendo la seguridad estratégica y el equilibrio de poder global en las próximas décadas.