El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó duramente a Elon Musk luego de que el empresario anunciara la creación de un nuevo partido político, el Partido América. Trump calificó la iniciativa como “ridícula” y se refirió a Musk como un “tren descarrilado”, en un tono despectivo que refleja la creciente tensión entre ambos personajes públicos.
El anuncio de Musk se produjo el sábado, tras varias advertencias previas sobre su intención de fundar una nueva fuerza política. Esta decisión llegó como respuesta directa a la reciente aprobación del “One Big, Beautiful Bill” (BBB), una propuesta impulsada por Trump y respaldada por el Partido Republicano, a la que Musk se opuso abiertamente por considerar que no representa los intereses tecnológicos y empresariales del país.
La reacción de Trump no se hizo esperar. En declaraciones a medios y a través de sus redes sociales, el exmandatario desestimó la viabilidad del nuevo partido y cuestionó la capacidad de Musk para liderar un movimiento político. “Me parece ridículo. Musk está actuando como un tren descarrilado. No entiende la política estadounidense”, afirmó Trump, subrayando su desconfianza hacia el empresario.
Por su parte, Musk defendió su iniciativa argumentando que el sistema bipartidista actual limita la innovación y la representación de nuevas ideas. Según el magnate, el Partido América buscará atraer a votantes desencantados tanto de los demócratas como de los republicanos, ofreciendo una alternativa centrada en el progreso tecnológico, la libertad individual y la reforma institucional.
El enfrentamiento entre Trump y Musk evidencia una fractura en ciertos sectores conservadores y tecnológicos de Estados Unidos, en un contexto político marcado por la polarización y la búsqueda de nuevas opciones electorales. Analistas políticos señalan que la creación de un tercer partido podría alterar el equilibrio tradicional entre republicanos y demócratas, aunque advierten que los desafíos para consolidar una fuerza política alternativa son significativos.
Por ahora, la polémica entre Trump y Musk suma un nuevo capítulo a la compleja relación entre figuras influyentes de la política y la tecnología en Estados Unidos, y abre interrogantes sobre el futuro del panorama político nacional de cara a las próximas elecciones.