El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consideró vender Puerto Rico después del destructivo huracán María en 2017, dijo la ex secretaria adjunta de Seguridad Nacional Elaine Duke al diario The New York Times.
El Político
En una entrevista con el periódico el viernes, Duke dijo que "las ideas iniciales del presidente eran más las de un hombre de negocios". "¿Podemos subcontratar la electricidad? ¿Podemos vender la isla? ¿Saben, o deshacernos de ese activo?", supuestamente dijo Trump, de acuerdo con la entrevista publicada por el diario.
Sin embargo, la idea de vender el territorio estadunidense nunca fue considerada ni discutida seriamente después de que fue planteada, dijo Duke.
El huracán María azotó Puerto Rico en septiembre de 2017 y causó aproximadamente 2 mil 982 muertes y daños por 90 mil millones de dólares, de acuerdo con datos oficiales.
Trump criticó a los funcionarios puertorriqueños por su gestión del fondo de ayuda que su administración proporcionó para la recuperación de la isla. En noviembre de 2018, funcionarios de la Casa Blanca dijeron al Congreso que Trump no quería ningún financiamiento de ayuda adicional para la isla.
Por otro lado, la ex secretaria adjunta de Seguridad Nacional afirma en la entrevista que la actual Administración a menudo se mueve por ideología en lugar de la deliberación, y que el presidente adopta un lenguaje «lleno de odio, enojado y divisivo».
Duke confiesa que no sabe si votará por Trump en elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre.
Por otra parte, aunque asegura que apoya los esfuerzos del inquilino de la Casa Blanca por reforzar la seguridad migratoria, lamenta que la filosofía de Trump de «América primero» se haya desviado hacia el «Solo América».
En este sentido, critica la política de separar a las familias a lo largo de la frontera, que su sucesor aprobó meses después de que ella abandonara el cargo.
«Una de las formas en que tenemos espacio para ayudar a la gente es a través de nuestro sistema de inmigración», afirma.
Por último, la exfuncionaria piensa que la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) «no es un programa legal», a pesar de que en 2017 ella misma firmó —bajo presión— un memorando para finalizarlo.
«Es una decisión grave, no solo desde un punto de vista legal, sino por el efecto que tendrá en […] 700.000 personas y sus familias», concluye.
Fuente: Usa Today