En una tensa llamada telefónica de 45 minutos celebrada el pasado 16 de abril, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, presionó al Gobierno mexicano para que permita la intervención directa del Ejército estadounidense en la lucha contra los cárteles de la droga. Según fuentes citadas por The Wall Street Journal, Trump propuso que fuerzas armadas de Estados Unidos encabecen las operaciones contra el narcotráfico, con especial énfasis en el combate al tráfico de fentanilo.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó la propuesta de una intervención militar extranjera, aunque manifestó disposición para fortalecer la cooperación bilateral en materia de inteligencia y seguridad. La mandataria subrayó la importancia de respetar la soberanía nacional y buscar soluciones conjuntas, pero sin la participación directa de tropas estadounidenses en territorio mexicano.
La postura de Trump ha generado preocupación en el Gobierno mexicano, que teme una escalada en las tensiones diplomáticas y una posible afectación a la relación bilateral. Analistas advierten que una intervención militar podría tener graves consecuencias para la seguridad y estabilidad en la región.
El tema sigue generando debate tanto en México como en Estados Unidos, donde algunos sectores políticos han respaldado la mano dura propuesta por Trump, mientras que otros insisten en fortalecer la cooperación sin vulnerar la soberanía mexicana.