El mandatario anuncia que impondrá una tasa del 10% a productos chinos por valor de 300.000 millones de dólares, a partir del 1º de septiembre.
El Político
Cuando parecía que las conversaciones comerciales que se realizan en Shangai, conducirían a resultados positivos entre las dos naciones, el presidente de Estados Unidos Donald Trump, ha sorprendido al anunciar que se había terminado esta ronda de negociaciones, que se reanudarían a comienzos de septiembre en Washington, pero agregó que por el incumplimiento del gigante asiático, a partir del 1º de septiembre activará un arancel del 10% sobre las importaciones que llegan del país asiático que hasta ahora quedaban al margen del conflicto.
Este nuevo arancel afectará a productos valorados en 300.000 millones de dólares, con lo que la totalidad de los productos que EE UU compra a China estarían gravados con aranceles.
Balanza de pagos desequilibradas
Las tensiones entre Washington y Pekín tienen sus raíces en el desequilibrio de la balanza comercial a favor de China, que exporta 419.000 millones de dólares más de lo que importa desde Estados Unidos, y que Trump asegura que se debe a las injustas prácticas comerciales del gigante asiático.
Al justificar la imposición de los nuevos aranceles, Trump aseguró que China se había comprometido a comprar productos agrícolas de Estados Unidos «en grandes cantidades, pero no lo hizo».
También ha lamentado que no se haya puesto fin a las ventas de fentanilo, el potente medicamento que ha disparado la adicción a los opiáceos y ha provocado una oleada de muertes en EE UU, como le había prometido Xi Jinping tras la reunión que mantuvieron en el marco de la reunión del G20 en Japón.
La reunión en Shanghái duró menos de lo esperado, una clara evidencia de que no se registraron avances más allá de mostrar una buena disposición a seguir dialogando. Pero mientras las partes trataban de recomponer las negociaciones, el presidente volvía a criticar a los chinos por retrasar deliberadamente el proceso con la esperanza de que los demócratas ganen las elecciones de 2020.
“Saben que si yo gano el acuerdo será mucho más duro”, declaró esta semana el presidente, que insiste que solo firmará un pacto que sea bueno para EE UU.
Agregó que su «amigo», el presidente chino, Xi Jinping, le había prometido detener la venta de fentanilo a Estados Unidos, algo que tampoco ha ocurrido «y muchos estadounidenses continúan muriendo» a causa de esa peligrosa droga.
«Esperamos continuar nuestro diálogo positivo con China sobre un acuerdo comercial integral, y sentimos que el futuro entre nuestros dos países será muy brillante», aseguró finalmente el gobernante.
La Casa Blanca había informado este miércoles que en las conversaciones los negociadores chinos habían confirmado «su compromiso para aumentar las compras de exportaciones agrícolas de EE.UU.» y habían calificado los encuentros de «constructivos».
Esta ronda de conversaciones fue la primera de alto nivel desde que el pasado 29 de junio Trump y Xi se reunieran en Osaka (Japón) en el marco de la cumbre del G20.
Trump escala la tensión con China con la amenaza de nuevos aranceles
El mandatario anuncia que impondrá una tasa del 10% a productos chinos por valor de 300.000 millones de dólares
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está frustrado por el escaso avance en las negociaciones comerciales con China, el Presidente lanzó una amenaza este jueves en Twitter después de reunirse en la Casa Blanca con el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, a su regreso de la ronda de negociaciones que ha tenido lugar esta semana en Shanghái. En un primer tuit, Trump aseguró que las discusiones con China esta semana han sido “constructivas”, pero ha recordado a continuación que el pacto se esperaba hace tres meses.
“Lamentablemente decidieron renegociar”,añadió. Trump acusa a Pekín de faltar también a su promesa de empezar a comprar mayor cantidad de productos agrícolas a cambio de que se retomaran las negociaciones. “Pero hasta ahora no lo han hecho”, se queja el mandatario.
Las discusiones con los negociadores chinos está previsto que se retomen en septiembre, según lo pactado. Trump dice que “las conversaciones continúan” y espera que el diálogo abierto acabe dando frutos. Pero al mismo tiempo que activará “un pequeño arancel adicional del 10% en los restantes 300.000 millones de dólares en bienes y productos que vienen de China”.
Es el método que el propio Trump describe en su Arte de la negociación: presionar a su oponente mientras mantiene abierto el diálogo para ganar ventaja. Sin embargo, Pekín ya advertía el miércoles, al fin del encuentro con Lighthizer y el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, que "no tiene ningún sentido" que Washington use esa vía de presión.
Las negociaciones comerciales quedaron suspendidas en mayo cuando Trump ordenó que se elevaran los aranceles del 10% al 25% a 200.000 millones de bienes importados. China respondió con impuestos aduaneros a productos estadounidenses valorados en 60.000 millones.
Ya el pasado verano se activaron los primeros aranceles, sobre productos importados valorados en 50.000 millones. De esta manera, todos los bienes que llegan de China están sujetos a un gravamen al cruzar la frontera y afectará a empresas tan diversas como el gigante de la maquinaria Caterpillar, la compañía aeroespacial Boeing, la de mensajería FedEx y los dispositivos electrónicos de Apple.
Peter Navarro, el principal asesor del presidente en cuestiones comerciales y uno de los halcones de la Casa Blanca, comentaba antes del anuncio que Donald Trump veía un claro beneficio económico en los aranceles. “Son buenos”, comentó en Fox News, “porque aumentan la recaudación”. Eso, a su vez, “ayuda a defender nuestra industria siderúrgica y del aluminio al tiempo que nos ayuda a negociar”.
El anuncio ha sido recibido con pesimismo en Wall Street y ha cogido por sorpresa a los inversores. Los índices de referencia en el mercado neoyorquino subían más de un 1% al arrancar la sesión del jueves. Hasta que el presidente lanzó los cuatro mensajes y dieron un vuelco en segundo, para pasar a caer cerca de un 1% porque la guerra comercial sigue escalando.