A pocos días de la celebración de los comicios presidenciales en Estados Unidos, el presidente de ese país, Donald Trump, visitó ayer Florida y Georgia, dos estados que ganó hace cuatro años, pero en los que ahora podría imponerse su rival demócrata Joe Biden.
El Político
En Fort Myers, también en Florida, Trump cortejó a las personas de la tercera edad, grupo que le dio mayoritariamente su apoyo en 2016, pero que ahora se inclina en favor de Biden, según los sondeos.
El mandatario se apegó a su discurso de que las consecuencias de las medidas de confinamiento para contener el coronavirus son peores que los efectos de la enfermedad en sí y reiteró que las próximas vacunas y los medicamentos actualmente disponibles implican una drástica reducción de los riesgos.
Luego de Ocala, Trump se dirigió a Macon, Georgia, estado en el que se impuso sobre Hillary Clinton por cinco puntos porcentuales en 2016. Ahí dijo que si pierde la reelección, tal vez se iría del país.
Un dato a considerar es que Georgia es crucial en el camino de Trump hacia la victoria el 3 de noviembre, pero ha tenido una tendencia demócrata en los últimos años. Actualmente, Biden ostenta una ventaja de 1.2 puntos en ese estado, según un promedio de encuestas realizado por el sitio RealClearPolitics, mientras un sondeo de la Universidad de Quinnipiac coloca al demócrata siete puntos adelante.
El miércoles, Trump celebró un mitin en Iowa, un estado que ganó cómodamente en 2016, por 9.4 puntos, pero que un promedio de RealClearPolitics otorga ahora una ventaja de 1.2 a Biden.
Mientras Trump hacía campaña en Florida y Georgia, Biden pasó el día en Michigan, un estado que el republicano ganó por poco en 2016, pero donde las encuestas lo muestran ahora rezagado.
Allí habló junto a la gobernadora, Gretchen Whitmer, acérrima oponente de Trump, recientemente objeto de una desbaratada conspiración de extrema derecha que quería secuestrarla y “juzgarla” por “traición”.
