Este miércoles el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha rechazado definitivamente juzgar al expresidente de la Generalitat Artur Mas por un delito de malversación, el único que podría acarrear penas de cárcel, por la consulta del 9-N, por lo que se sentará en el banquillo por desobediencia y prevaricación.
En un auto, contra el que no cabe recurso ordinario alguno, la sala civil y penal del alto tribunal catalán ha rechazado el recurso de la acusación popular.
La querella ha sido liderada por el Sindicado Profesional de la Policía y que también integra Manos Limpias, que pedía que se juzgara a Mas y a las exconselleras Joana Ortega e Irene Rigau también por un delito de malversación, el único de los tres que conllevaría penas de cárcel.
En octubre pasado, el TSJC decidió procesar al expresidente de la Generalitat, Artur Mas, y a dos miembros de su gobierno —la vicepresidenta Joana Ortega y la consejera de Enseñanza Irene Rigau— por la organización de la consulta independentista del 9-N.
Mas, Ortega y Rigau se sentarían en el banquillo por desobediencia grave y prevaricación, pero no por malversación, tal como había solicitado la acusación popular. La decisión libera a Mas de una posible pena de prisión en caso de condena, pero le enfrenta a otra de inhabilitación para cargo público.
Con información de ABC