En algunos mercados y comercios de México si no te "alcanza" a la hora de hacer una compra, puedes completar tu pago con tumins, una moneda alternativa que surgió hace una década en las aulas de Veracruz y se ha extendido a 16 de los 32 estados del país.
En octubre de 2010 se llevó a cabo la primera impresión de tumins en Xalapa, capital del oriental estado de Veracruz, cuando este proyecto universitario logró reunir a sus primeros 100 socios.
Se trata de pequeños "vales" con valor de 1, 2, 5 y 20 pesos, cuyo fin es permitir "un mayor flujo de los productos de los compañeros socios a nivel local con este instrumento complementario al peso", explica a Efe la coordinadora nacional de la red del tumin, Alejandra Jiménez.
Aclara que el objetivo no es sustituir al peso, sino crear una red solidaria y "fortalecer las economías locales".
El tumin, que en totonaco significa dinero, surgió hace 10 años en la Universidad Veracruzana Intercontinental en Espinal, una comunidad de ese estado del oriente del país.
Dicha casa de estudios pidió a los alumnos que trabajaran directamente con los pueblos y que conocieran sus necesidades.
Así, "se empieza a ver la problemática, se hace el diagnóstico y se ve que los productos están ahí: naranja, café…", pero "están parados porque los campesinos no tienen capacidad de competir con los grandes mercados", señala.
Para solventar la situación de esta comunidad de 25.000 habitantes, en su mayoría productores de fruta y verdura, se decide crear una moneda comunitaria para que circule internamente y así activar el consumo de productos, abaratando costos y promoviendo los intercambios.
"Era importante que fuera un instrumento de lo más sencillo y que, en la medida de lo posible, fuera similar a la moneda nacional, por eso la equivalencia con el peso", detalla Jiménez.
Tras meses de diagnóstico, comenzó la segunda fase, es decir, compartir el proyecto con productores, quienes debían comprometerse a recibir el 10 % del valor de sus productos en tumins para poder formar parte de esta red.
"Si mi aceite cuesta 30 pesos (1,6 dólares), yo estoy comprometida" a recibir "por lo menos 3 tumins y el resto en pesos" en el intercambio que haga con otro socio, precisa.
El proyecto comenzó con 35 socios, todos productores locales de Espinal, y cuando la cifra llegó a 100 se empezó con la impresión de la moneda.
Para ponerla en circulación se entregaron 500 tumins de manera gratuita a cada socio, una práctica que ya no se realiza con nuevas incorporaciones a la red.
En la actualidad, cada vez que se integran 100 socios nuevos a la red se hace una nueva tirada; "se van dando conforme lo van solicitando", comenta Jiménez.
Lo que comenzó como un proyecto universitario en una pequeña comunidad de Veracruz terminó extendiéndose a 16 estados del país a través de más de 1.000 socios.
El tumin está hoy presente en comunidades de Veracruz como Papantla, Xalapa, Coatepec y en el puerto, pero también circula en estados como Oaxaca, Chiapas, Jalisco, Guerrero y Puebla.
En Puebla cada viernes se reúnen más de diez productores locales para vender sus productos en un mercado orgánico donde comercializan con pesos y tumins.
Silvia Arguello Morales, miembro de la red tumin en Puebla, participa con su empresa de productos vegetarianos y orgánicos Delicia.
Ella explica que se trata de una filosofía de vida que intenta compartir con la gente que llega al mercado. "Si alguien me quiere comprar una mermelada que cuesta 50 y no trae tumin, entonces quizá me pague con un billete de a 100 y el cambio se lo doy en tumin para que empiece a tener tumin".
Para los miembros de la red, esta moneda revive prácticas milenarias: "el tumin, más que una moneda complementaria porque no sustituye al peso nacional, es una especie de trueque, es regresar a esos orígenes" de los pueblos, señala Antonia Mar Jiménez, productora de la red en Puebla.
Para Siberta García, otra socia, esta moneda es "un salvavidas ante este capitalismo voraz" en el que "o tienes dinero o no compras". Con el tumin es posible "adquirir algún producto de necesidad básica", apunta.
Eugenio Bravo Pérez, productor de Oaxaca y miembro de la comunidad tumin, se sumó a la red después de que unas personas llegaron a su pueblo y les "empezaron a hablar de la economía y del proyecto que tenían de comercializar de manera directa".
Desde entonces, él y su familia comenzaron a comercializar sus productos orgánicos, entre los que se encuentran fertilzantes y frutas de temporada.
"Más que el valor monetario, tiene el valor de una ilusión porque creo que es alguien que lucha, que cree y piensa que puede ayudarte, ese es el valor que yo le doy, un poquito más sentimental que económico", dice a Efe el productor.
La existencia del tumin llegó a oídos del Banco de México, que interpuso una denuncia por falsificación de la moneda nacional.
"Se hicieron averiguaciones, citaron a compañeros a declarar, (pero) no le dieron continuidad porque no había delito que perseguir, no se estaba falsificando moneda nacional", explicó la coordinadora nacional.
EFE