Lo que era un rumor, pero que venía sonando desde hace varias semanas, se convirtió en una información cierta. Elon Musk no va a comprar la red social Twitter.
Mario A. Beroes Ríos/El Político
La comunicación se la hizo llegar Musk al regulador busátil de EEUU. Ahí le informaba que cancelaba la compra de Twitter, por la cual había ofrecido 44.000 millones de dólares.
Batalla legal apenas comienza
La decisión del CIO de Tesla era esperada por muchos de los directivos de Twitter. De inmediato respondieron con un comunicado donde aseguran demandarán a Musk. La batalla legal apenas empieza.
Un agresivo cortejo, un anuncio de compromiso y una ruptura dolorosa y brutal. Ya Elon Musk había sembrado la duda con una serie de avances y retrocesos sobre la posibilidad de adquirir "la red social del pájaro azul." Tres meses que se alimentaron de acusaciones, renuncias, y amenazas y que llevaron a un final, vaticinado por varios.
En un documento remitido por los abogados de Musk al departamento legal de Twitter y publicado por la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC), se informa de la cancelación unilateral de la compra, argumentando que la tecnológica ha incumplido sus condiciones del acuerdo.
El fundador de Tesla y SpaceX alegó que la tecnológica hizo declaraciones "falsas y engañosas" en sus negociaciones.
También que no facilitó una información que considera necesaria para cerrar la transacción y que reclama desde hace dos meses, sobre la prevalencia de cuentas falsas o de spam en la red social.
Musk ya había dado a conocer su descontento con Twitter en varias ocasiones por esta cuestión "sin resolver".
De hecho el 6 de junio envió advertencia de cancelación a Twitter, donde informaba que el "periodo de subsanación" había concluido.
Las cuentas falsas, bots y spam
Es en este punto donde Elon Musk se apoya para desechar la compra y ahorrarse 44.000 millones de dólares.
Según las cifras de Twitter, "menos del 5 % de los usuarios son cuentas falsas y de spam". Pero el magnate considera una "subestimación dramática" dicha cifra.
Denuncia, además, que la empresa ha "rechazado" otorgar dichos datos, e ignora sus peticiones a ese respecto.
También es clave en la retirada de Musk que Twitter haya despedido a dos altos ejecutivos, reducido su equipo de captación de talento y congelado las contrataciones.
Hay que agregar también la "salida voluntaria" de tres ejecutivos, "sin su consentimiento", de acuerdo con el documento.
Taylor: acciones legales
No obstante, a Twitter no le sobró tiempo para contratacar y minutos después de que se divulgara la noticia su presidente, Bret Taylor, anunció que el Consejo Directivo planeaba "emprender acciones legales para llevar a cabo el acuerdo de compra bajo el precio y los términos pactados con Musk".
A finales de abril, la junta directiva de Twitter aceptó la oferta de adquisición por parte de Musk por unos 44.000 millones de dólares, a razón de 54,20 dólares por acción.
Esto supone una notable prima sobre la cotización de entonces y también sobre la actual, ya que Wall Street se ha deslizado hacia un ciclo bajista.
Poco después de que Musk anunciara sus intenciones de romper el acuerdo, Twitter bajó un 6 % en bolsa y sus acciones se situaban en 34,58 dólares.
Su capitalización ha caído un 25 % desde abril y prácticamente se ha recortado a la mitad en el último año.
"Estamos seguros de que ganaremos en el Tribunal de Cancillería de Delaware", agregó el presidente de Twitter, que confía en esa corte dedicada a grandes disputas comerciales para forzar la aplicación del acuerdo y podría buscar una compensación económica por daños.
Frente a las alegaciones del empresario, Twitter asegura que sus datos sobre las cuentas falsas son correctos y ha hecho concesiones en los últimos meses para darle acceso a fuentes de datos en su sistema que permiten analizar los tuits.
Según el acuerdo, si no se consuma la compra hay una "comisión de ruptura" de 1.000 millones de dólares para la parte implicada que Musk se comprometió a pagar anteriormente, pero existe una excepción por "Efecto material adverso", un concepto que argumentó en su carta a Twitter hoy.