La responsabilidad adquirida por la administración de Joe Biden ante la guerra en Occidente (Rusia y Ucrania) y la de Medio Oriente (ataques terroristas por parte de Hamás contra el pueblo de Israel), están sumergiendo al Gobierno norteamericano en críticas.
El Político
A pesar del multimillonario apoyo que Biden solicitó el viernes, 20 de octubre, al Congreso parece no ser suficiente para seguir cubriendo la deuda internacional que adquirió el mismo mandatario con la "colaboración" a las naciones víctimas. El financiamiento que se esperaba fuera destinado a colaborar con las causas israelíes y ucranianas, evidencia un posible mal manejo matemático en cuanto a los gastos de guerra.
Biden, por su parte, ha dejado muy en claro que ve el apoyo de Estados Unidos a Ucrania y a Israel como dos facetas de una lucha conectada, pero en al menos un área, los dos objetivos están en agudo conflicto.
Desde el inicio de la invasión, la mayor necesidad militar de Ucrania es la munición por lo que, a lo largo del transcurso de la guerra, el gobierno Estados Unidos ha proporcionado más de 2 millones de proyectiles de 155 milímetros a Ucrania.
Recientemente, tras la masacre del 7 de octubre donde más de 1.400 israelíes fallecieron por parte de Hamás, un grupo yihadista que se ha encargado de bombardear la nación judía, el Pentágono ha estado desviando decenas de miles de proyectiles de artillería que estaban destinados a Ucrania a Israel, antes de la ampliamente esperada invasión terrestre de Gaza por parte de Israel, según funcionarios israelíes y estadounidenses.
El lunes, 23 de octubre, un alto funcionario del Departamento de Defensa aseguró que EE.UU. podría abastecer a ambos países. "Estados Unidos puede caminar y masticar chicle al mismo tiempo", dijo el funcionario.
Sin embargo, la producción de proyectiles, en particular el modelo de 155 milímetros disparados por obuses estándar de la OTAN y otros sistemas de artillería de campaña, ha sido uno de los desafíos definitorios del apoyo occidental a Ucrania. Por su parte, el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, describió esta suceso como el "problema matemático" de la guerra.
A pesar de toda la discusión sobre sistemas de armas avanzados como los misiles ATACMS y los F-16, se sabe que es gracias estos suministros Ucrania se ha mantenido y defendido durante lucha, por lo que es predecible que cualquier interrupción en el suministro, podría obstaculizar la capacidad de la nación invadida para montar futuras ofensivas o defender su territorio.
Si bien las fábricas de armas en Estados Unidos y Europa agregan más turnos y construyen líneas de producción, Estados Unidos también ha empleado una serie de medidas provisionales para mantener abastecidos a los ucranianos. Entre ellas, la adquisición de medio millón de proyectiles de Corea del Sur y el suministro a Ucrania de municiones de racimo muy controvertidas, que están prohibidas por muchos países, según informó el medio Messenger News.
Por otra parte, se tiene registro de que, a principios de este año, el ejército norteamericano también surtió a Ucrania con municiones de artillería de las reservas que mantiene en Israel, el cual almacenaban en prevención de un posible conflicto en Oriente Medio. Sin embargo, Israel está recuperando al menos algunos de esos proyectiles debido a las múltiples amenazas terroristas que vienen asechando desde el 7 de octubre.