Con 17 años, Ketanji Brown Jackson dejó escrito su mayor sueño: "Ser nominada alguna vez como jueza".
El Político
Tres décadas después, superó todas sus expectativas y ha cruzado el umbral de la historia, con un cargo vitalicio en el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
Desde la sala Roosevelt de la Casa Blanca, junto al presidente Joe Biden, Ketanji Brown Jackson contempló emocionada este jueves la votación en el Senado que la convertirá en la primera mujer afroestadounidense que formará parte del Supremo en sus 232 años de historia, reportó Kesq.
"Gracias por esta oportunidad histórica para unirme a la corte con compañeros brillantes, para inspirar a futuras generaciones y para asegurarnos de que hay libertad y justicia para todos", dijo la jueza durante sus audiencias de confirmación en marzo.
Ketanji Brown: favorita de los progresistas
Desde el principio, Ketanji Brown fue la favorita de los progresistas para cubrir la vacante que dejará a mitad de año el juez Stephen Breyer.
La principal razón es que cuando era jueza en una corte federal de Washington la década pasada, frustró algunos planes del entonces presidente, Donald Trump.
Su currículum incluye otros puntos llamativos: hace casi dos décadas representó a cuatro presos de la base naval de Guantánamo (Cuba), y también contribuyó a reducir las penas de cárcel por delitos federales de drogas, que afectan desproporcionadamente a los afroamericanos y latinos.
Además, Jackson será la primera jueza del Supremo que tiene experiencia como abogada a nivel federal para personas con pocos recursos, una labor que ejerció durante dos años para entender mejor cómo funcionaba el sistema de justicia criminal.
Familia, marcada por la segregación
Los abuelos de Ketanji Brown crecieron en el estado sureño de Georgia y tanto su padre como su madre, ambos maestros de escuelas públicas, se formaron en colegios segregados por raza y luego estudiaron en universidades para la población negra.
"Estoy bastante segura de que si trazan el linaje de mi familia (…); verán que mis antepasados fueron esclavos en ambos lados", dijo Jackson el año pasado en una audiencia ante el Senado.
Nacida en Washington DC en 1970, Jackson pasó casi toda su infancia y adolescencia en Miami, inspirada por la pasión por las leyes de su padre; que estudiaba Derecho con voluminosos libros mientras ella, a su lado, coloreaba cuadernos de su jardín de infancia.
"Fue mi padre quien me impulsó hacia este camino", afirmó la jueza en febrero, durante su acto de nominación en la Casa Blanca.
Ketanji Brown: De Miami a Harvard
En el instituto público donde estudió en Miami, llamado Palmetto; fue una estudiante brillante que escribió en su libro de graduación su deseo de ser nominada alguna vez como jueza.
Aún así, enfrentó trabas probablemente relacionadas con su raza: cuando dijo que quería estudiar en la Universidad de Harvard; su asesor académico le aconsejó "no aspirar tan alto", según la Casa Blanca.
Ketanji Brown no le escuchó y acabaría por graduarse cum laude dos veces en Harvard, antes de desarrollar; una carrera meteórica que incluyó un periodo como asistente de Breyer, el mismo juez del Supremo al que ahora reemplazará.
También trabajó en la Comisión de Sentencias de EEUU para reducir las penas de la mayoría de delitos federales de narcotráfico; incluidas las de cocaína en "crack", algo que permitió liberar al menos 1.800 presos y acortar las sentencias de unos 12.000.
Era un asunto que conocía de cerca: su tío fue condenado a cadena perpetua por un crimen no violento de drogas; aunque finalmente fue liberado en 2017, poco antes de morir.