Vladimir Putin ha dicho que no descarta postularse nuevamente a la Presidencia de Rusia, en el caso de que sea aprobado el paquete de enmiendas a la Constitución en vigor. No ha sorprendido a nadie, salvo a los que se preguntan por qué empieza a preparar ya el terreno.
El Político
La actual Carta Magna, de 1993, no permite ejercer de la jefatura del Estado durante "más de dos mandatos consecutivos". Pero los cambios constitucionales -aprobados ya por el Parlamento y avalados por el Tribunal Constitucional- eliminan la palabra "consecutivos". Permiten así presidente en ejercicio en el momento de su entrada en vigor, es decir a Putin, postularse a la reelección independientemente del número de mandatos que haya ejercido.
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Putin lleva 20 años en el poder, pero no parece cansado del despacho que estrenó en el año 2000. "No descarto esa posibilidad, la de postularme, si lo estipula la Constitución. Ya veremos", dijo Putin en una entrevista con el canal Rossiya1 en el programa semanal que gira en torno a su persona. El presidente advirtió en la entrevista de que, si no se adoptasen las enmiendas que le abrirían las puertas a aguantar en el Kremlin incluso hasta 2036, en dos años comenzará la búsqueda de un posible sucesor. En su opinión ello sería contraproducente. "Tenemos que trabajar, no buscar sucesores", insistió.
Los opositores dicen que las reformas están diseñadas para permitir a Putin mantener el poder indefinidamente y equivaler a un ‘golpe’ constitucional. El Kremlin dice que son necesarios para fortalecer el papel del Parlamento y mejorar la política social y la administración pública.
El anuncio ahora de Putin de que la posibilidad de repetir en el cargo es real y no un brindis al sol es otro impulso a la participación, que ya ha ‘pinchado’ en el pasado con datos muy pobres en las grandes ciudades. El equipo de Putin espera que -a pesar del desgaste de la popularidad de Putin- al menos el 55% de los votantes participen en el plebiscito. Para aumentar la participación, han introducido una serie de nuevas reglas, que incluyen la votación escalonada durante un período de siete días, permitir la votación desde casa e introducir la votación en línea para los residentes de Moscú y San Petersburgo. La explicación oficial de todas estas medidas es la seguridad sanitaria a la luz de la actual pandemia de coronavirus, pero estas nuevas regulaciones también sirven para aumentar las cifras oficiales de participación y aumentar el apoyo a las enmiendas.
Lo mismo pasa con los cupones, premios y rifas que se ofrecen para incitar al votante. En la región de Krasnoyarsk se van a sortear 10 apartamentos, 10 coches y 50 teléfonos móviles.
Acallar las voces contrarias
Con la nueva legislación, la posibilidad de que grupos y ciudadanos contrarios a la reforma hagan llegar su mensaje a la ciudadanía ha quedado sensiblemente mermada. Segun la ley de referéndums, "los grupos contrarios a las propuestas tienen derecho a registrarse, lo cual les permite difundir su mensaje y les concede acceso a los canales federales de televisión; en la ley aprobada especialmente para la reforma constitucional no se contempla nada de esto", continúa Pertsev. Además, los partidos opositores tendrán muy difícil vigilar la limpieza de la votación, ya que todo observador "tiene que haber sido aprobado" por la Cámara Social de la Federación Rusa, un organismo marcadamente progubernamental, puntualiza el experto.
Las organizaciones independientes sobre procesos electorales han dedicado duras críticas a las nuevas normas, anunciadas por la Comisión Electoral y destinadas, según este organismo, a limitar el riesgo de infección durante la votación. Grigori Melkonyants, del movimiento ‘Golos’, ha llegado a sentenciar, en conversación con EL PERIÓDICO, que el verdadero resultado de la consulta "nunca lo conoceremos".
Voto anticipado y a domicilio
No solo se votará el 1 de junio, fecha fijada por Putin, sino que se podrá emitir el voto durante los seis días anteriores, concretamente desde el 25 de junio. "Habida cuenta de que las normas estipulan que cada mesa electoral solo podrá recibir a un máximo de entre 8 y 12 personas en una hora, es decir 144 al día, se deduce que la mayoría de los electores deberán votar por anticipado y no el 1 de julio; sin embargo, en los datos oficiales, no se desglosará qué porcentaje ha votado por anticipado y cual no, lo que es muy sospechoso", protesta Melkonyants. Además, se acepta el voto a domicilio, "sin que sea necesario demostrar el motivo y sin que esté presente ningún miembro de la mesa electoral en el momento de depositar la papeleta", continúa el experto.
Los colegios electorales deberán ser desinfectados cada hora, y mientras ello suceda, "solo vigilarán las actas electorales y las urnas los presidentes" de cada centro, subraya el fundador de ‘Golos’. Por último, "no habrá cortinas en las cabinas de voto", y pese a que los electores deberán llevar máscarillas, solo estarán obligados a mostrar sus documentos de identidad desde una distancia establecida. "Ello que facilitará el ‘carrusel", cree el analista, una vieja práctica de las elecciones rusas en la que grupos de ciudadanos votan varias veces en distintos colegios.
Fuente: El Mundo