La serie de despidos en varias oficinas europeas, entre ellas la de Bruselas, unido a importantes renuncias de directivos, tras la compra de la red social Twitter por Elon Musk, ponen en peligro la operatibilidad de dicha red social.
Mario Beroes/El Político
El problema no es la falta de personal, sino que dicho personal debe estar al tanto de que se cumplan con las nuevas leyes de la Unión Europea que buscan proteger la privacidad de sus usuarios. He ahí el detalle.
Una nota publicada en Financial Times, y rebotada por varias agencias de noticias confirmó el cierre de la oficina de Bruselas tras quedarse sin personal.
Los responsables de la política digital de Twitter en el continente europeo, Julia Mozer y Dario La Nasa, habrían renunciado tras el ultimátum de Elon Musk. Ambos dirigían un operativo para cumplir con la Ley de Servicios Digitales y frenar la desinformación en territorio europeo.
Mozer y La Nasa eran los únicos empleados que quedaban en Bruselas. La primera ola de despidos afectó severamente a la oficina europea, así como también a otras que tienen relación con gobiernos.
Pese a que Elon Musk intenta sacar a flote a la empresa, la situación se complica en otros frentes.
Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, advirtió hace unas semanas que Twitter debería cumplir las reglas.
Tras el famoso tweet "El pájaro ha sido liberado", publicado por Elon Musk, Breton respondió "En Europa, el pájaro volará según nuestras reglas". El comisario hizo referencia a la Ley de Servicios Digitales, que busca frenar la desinformación y la difusión de contenidos ilegales.
Reguladores en alerta roja
Věra Jourová, vicepresidenta de la UE a cargo del código de desinformación, advirtió sobre el impacto negativo que tendrá a futuro.
"Si desea detectar y tomar medidas de manera efectiva contra la desinformación y la propaganda, esto requiere recursos.".
Jourová aplaudió los esfuerzos anteriores de Twitter en la lucha contra el discurso de odio y la desinformación, aunque teme que sea cosa del pasado.
La llegada de Elon Musk, un "absolutista de la libertad de expresión" provocó que decenas de anunciantes abandonaran la plataforma.
Pese a que el magnate prometió en fechas recientes que el discurso de odio no tendría alcance ni monetización, al final restauró cuentas que promueven esta clase de contenido.
Sin Julia Mozer y Dario La Nasa, responsables de hacer cumplir la Ley de Servicios Digitales, Twitter enfrenta multas de hasta 6% de los ingresos globales de la compañía.
En caso de reiteración, la empresa se arriesga a una prohibición para operar en el territorio europeo. Aunque es poco probable que Elon Musk pase por alto ese punto, el riesgo de un veto por la Unión Europea permanece latente.
Musk no tiene buena relación con los reguladores
Meses antes de que se concretara la compra de Twitter, Elon Musk declaró que cumpliría la Ley de Servicios Digitales.
El magnate se reunió en mayo con Thierry Breton en la Gigafactory de Tesla en Austin, Estados Unidos. Ahí se comprometió a respetar los lineamientos de una legislación que busca combatir los contenidos ilegales en la red social.
No es un secreto que la relación de Elon Musk con los reguladores no es la mejor. "Elon pone cohetes en el espacio, no le teme a la FTC", dijo el abogado de Twitter, Alex Spiro, en un correo enviado a empleados de la empresa.