Una denuncia de la Fiscalía de Brasil sobre la red de lavado de dinero organizada por el exgobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, presentada a la Justicia de Río de Janeiro el martes 7, le dedica un capítulo entero a Uruguay.
El documento, al que tuvo acceso El País, señala que en Uruguay funcionaba una casa de cambio, cuyos propietarios tenían vinculaciones con personas allegadas a Cabral.
También menciona a uruguayos como integrantes o subordinados de la organización norteña y a la constructora brasileña Odebrecht investigada por el pago de coimas en varios países de América Latina. Este consorcio realizó obras de infraestructura en Brasil y en otros países de América Latina.
La organización cobraba, por concepto de coima, el 5% de las obras adjudicadas por Cabral en Río de Janeiro. Entre ellas se encuentran reparaciones voluminosas del Estadio Maracaná y en la favela El Alemán, entre otros trabajos de envergadura. El dinero ilícito era cobrado por integrantes de la organización y llevado a un estudio jurídico ubicado en Río de Janeiro. De ahí era trasladado a Uruguay o transferido a cuentas ubicadas en Estados Unidos, Bahamas y Alemania, entre otros países.
"Cuando la organización perteneciente a la casa de cambio supo que estaba siendo investigada interrumpió (en 2002) las operaciones en Río de Janeiro y resolvieron transferir las actividades para Montevideo, en Uruguay", dice el documento del Ministerio Público Federal de Brasil.
El fiscal agrega que cinco personas fueron trasladadas de Río de Janeiro a Uruguay a trabajar y "abrieron allí una empresa de fachada".
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El documento menciona a un conocido abogado uruguayo, quien también es acusado en Argentina de participar en la red de lavado del dinero K, y de crear esa empresa trucha.
"La persona responsable de abrir la empresa fantasma fue un abogado uruguayo. Ese profesional sabía que estaba ayudando a una empresa de forma ilegal y que el rol de la misma era dar cobertura legal a las operaciones" de lavado de dinero proveniente de Brasil, afirma el documento.
El fiscal sostiene que cambistas brasileños eran los encargados de armar, cerrar y liquidar las operaciones de cambio en el mercado paralelo en Uruguay para clientes de Brasil. "Esa casa de cambio, ubicada en una zona franca, nunca llegó a tener autorización del Banco Central de Uruguay para operar", advierte el documento.
Tras narrar operaciones policiales brasileñas que investigaron a la organización liderada por Cabral, el Ministerio Público Federal de Brasil recuerda que la organización llegó a abrir otra casa de cambio legalizada, cuyos titulares eran otras personas y no los acusados. "Los integrantes de la organización ilícita (ubicados en Uruguay) se comunicaban inicialmente con los funcionarios domiciliados en Brasil a través de programas como MSN encriptados, Secway, y con un servidor que corría con el programa Citriz, y en un segundo momento hablaban por Skype, Wickr y Wire", expresa la denuncia.
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Un testigo protegido, de nacionalidad uruguaya y residente en Brasil, relató que conoció a uno de los intermediarios financieros y dueños del cambio uruguayo en un viaje que hizo a Montevideo. "Me encontré con él en tres oportunidades. Generalmente nos reuníamos en el mismo hotel que me hospedaba. También fui a su escritorio ubicado en el Centro de Montevideo. Él tenía un esquema de negocios que incluía retirada y entrega de dinero generado por coimas", declaró el testigo a la Fiscalía de Brasil.
Con información de El país de Uruguay










