En todo el mundo hay 37 millones de personas que viven con sida y una cuarta parte desconoce que tiene el virus. Desde 1988, la enfermedad ha matado a más de 25 millones de personas en el planeta
Hoy se celebra el Día Mundial de la Acción contra el sida, proclamado por la Organización Mundial de la Salud en 1988. Se eligió esa fecha por razones de impacto mediático al ser el primer día del mes de diciembre.
El Político
Desde que se conmemoró por primera vez en 1988, la enfermedad ha matado a más de 25 millones de personas en todo el mundo, lo que supone una de las epidemias más destructivas de la Historia.
Esta fecha fue el primer día dedicado a la salud en todo el mundo. Desde entonces las agencias de las Naciones Unidas, los gobiernos y la sociedad civil se reúnen cada año para luchar en determinadas áreas relacionadas con el VIH.
Este día se ha convertido en uno de los días de la salud más reconocidos y supone una oportunidad para recordar a los que han fallecido, crear conciencia y celebrar victorias como el acceso a servicios de prevención y tratamientos antirretrovirales.
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El término sida no es sinónimo de VIH, pues sida es el nombre de la enfermedad y la sigla VIH (virus de inmunodeficiencia humana) designa al virus que la causa.
El sida, como se recoge en el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina, es la ‘fase final y avanzada de la infección crónica por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)’, es decir, el sida es la enfermedad y el VIH el virus que la origina: se puede ser portador del virus y no padecer nunca la enfermedad.
Prevención y tratamiento
En todo el mundo hay 37 millones de personas que viven con el sida y una cuarta parte desconoce que tienen el virus. Es vital que una persona que recibe un resultado positivo acceda a un tratamiento antirretroviral para que pueda tratarse, tener una vida saludable y evitar la transmisión.
Las pruebas del VIH son esenciales para asegurar a las personas que tienen el virus el acceso a los mejores tratamientos y que puedan llevar una vida digna y productiva. Las pruebas para saber si una persona tiene el virus del sida son sencillas de realizar. Basta con una extracción de sangre.
Sin embargo, hay muchos obstáculos que siguen dificultando la realización de estas pruebas. En muchos casos no se garantiza el acceso confidencial a las pruebas, y el estigma y discriminación que rodean a la enfermedad hace que muchas personas solo accedan a hacerse las pruebas después de padecer los síntomas y encontrarse muy mal.
En 2004 se creó el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), en el cual se aúnan los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas: ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, ONUDD, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y el Banco Mundial, y en cuya página web difunden toda su actividad.
Desde entonces se han propuesto temas para el Día Mundial de Acción contra el sida. Estos temas tienen una duración de uno a dos años y no solo se usan para el día mundial sino para trabajar por la lucha contra el sida en general.
Participación de las comunidades
La campaña de 2019 tiene como lema "Las comunidades marcan la diferencia", y se centra en el esfuerzo de las comunidades, a nivel local, nacional e internacional, para la lucha contra el sida en un momento donde la falta de financiación hace peligrar la sostenibilidad de los servicios.
Las comunidades tienen el poder de seguir liderando la lucha contra el sida: trabajadores sociales y sanitarios, asociaciones de personas que viven con el VIH, las mujeres, los jóvenes, colectivos afectados, todos ellos tienen la llave para seguir luchando contra esta enfermedad.
También tiene como objetivo que las personas que tengan la enfermedad, lo sepan y puedan tener acceso a los servicios de asistencia y prevención de calidad para que puedan tener una buena calidad de vida.
Las comunidades contribuyen a la respuesta al sida de maneras muy distintas. Su liderazgo y la defensa que llevan a cabo permiten garantizar que la respuesta siga siendo relevante y fundada, que las personas sigan estando en el centro y que nadie quede detrás.
En estas comunidades se integran los educadores, las redes de personas que viven con el VIH o están afectadas por el virus, como los gais, las personas que se inyectan drogas, los trabajadores sexuales, las mujeres, la gente joven, los asesores, los trabajadores sanitarios de la comunidad, los proveedores de servicios de puerta a puerta, las organizaciones de la sociedad civil y los activistas populares.
La celebración de este día ofrece una importante plataforma desde la que destacar el papel de las comunidades en un momento en el que la reducida financiación y el cada vez menor espacio dedicado a la sociedad civil hacen peligrar la sostenibilidad de los servicios y de los esfuerzos por defenderlos.
Se requiere que las comunidades se movilicen mucho más, y cuanto antes, con el fin de derribar las barreras que impiden el paso a las comunidades que se encargan de hacer llegar los servicios, entre ellas las restricciones a los registros y la ausencia de modalidades sociales contractuales.
Hoy en día se necesita más que nunca la fuerte defensa encabezada por las comunidades, con el objeto de garantizar que el sida continúe presente en la agenda política, que los derechos humanos se respeten y que quienes toman las decisiones y las ponen en práctica asuman sus responsabilidades.
Estadísticas mundiales sobre el VIH
1,7 millones de personas contrajeron la infección por el VIH (al 2018).
770 millones de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida (al 2018).
74,9 millones de personas contrajeron la infección por el VIH desde el comienzo de la epidemia (al 2018).
En 2018, 37,9 millones de personas vivían con el VIH.
36,2 millones adultos; y 1,7 millones menores de 15 años.
El 79% de las personas que vivían con el VIH conocía su estado serológico con respecto al VIH; pero alrededor de 8.1 millones de personas no sabían que vivían con el VIH.
Al cierre de junio de 2019, 24,5 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretrovírica.
Desde el pico alcanzado en 1997, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 40%.
En 2018, se produjeron 1,7 millones de nuevas infecciones por el VIH, en comparación con los 2,9 millones de 1997.
Desde el pico alcanzado en 2004, los casos de muertes relacionadas con el sida se han reducido en más de un 56%. La mortalidad por el sida ha disminuido un 33% desde 2010.
Cada semana, alrededor de 6.000 mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años contraen la infección por el VIH.
El riesgo de contraer el VIH es 22 veces mayor entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres; 22 veces mayor entre las personas que se inyectan drogas; 21 veces mayor para los trabajadores sexuales; 12 veces mayor para las personas transgénero.
La tuberculosis sigue siendo la principal causa de muerte entre las personas que viven con el VIH, siendo responsable de aproximadamente una de cada tres muertes relacionadas con el sida.
En 2017, 10,0 millones de personas desarrollaron tuberculosis, de las cuales el 9% vivían con el VIH.
Las personas que viven con el VIH y no presentan síntomas de tuberculosis necesitan la terapia preventiva contra la tuberculosis, que disminuye el riesgo de desarrollar dicha enfermedad y reduce las tasas de mortalidad de la tuberculosis y el VIH en un 40% aproximadamente.
Inversiones para combatir la enfermedad
A finales de 2018, había 19.000 millones de dólares estadounidenses disponibles para la respuesta al sida en los países de ingresos bajos y medianos, casi 1.000 millones menos que en 2017. Alrededor del 56% del total de esos recursos procedió de fuentes nacionales.
ONUSIDA estima que se necesitarán 26.200 millones de dólares estadounidenses para la respuesta al sida en 2020.
Famosos que han ganado la batalla
Se conocen casos de personalidades que lamentablemente han perdido la batalla contra el sida, como el cantante Freddie Mercury y el actor Rock Hudson, pero hay famosos que han dado la cara por el SIDA y han luchado para la visibilidad y la desestigmatización de las personas con VIH como:
Magic Johnson: el jugador de baloncesto fue uno de los más valientes al confesar en los años 90 del siglo pasado que se retiraba a causa de que había contraído el virus del SIDA. Se ha convertido desde entonces en un activista incansable creando la The Magic Johnson Foundation, una asociación desde donde le da voz a las personas con VIH.
Charlie Sheen: el actor lo dijo en 2015 y desde entonces cree que la visibilidad es el primer paso para cortar de raíz el estigma social.
Conchita Wurst: La ganadora del Festival de Eurovisión en 2014 se vio obligada a contar que padecía sida y desde que lo hizo público, la lucha por la normalización de la enfermedad no ha cesado.
Mykki Blanco: El rapero utilizó las redes sociales en 2015 para lanzar la noticia de que tenía el sida y continúa allí su lucha por normalizar la situación en la sociedad.
Noris Díaz: la ex-modelo y presentadora de la televisión puertorriqueña confesó en 2011 que era portadora del sida.
El Día Mundial del Sida sigue siendo tan importante hoy como cuando empezó, y continúa recordando a la sociedad y a los gobiernos que el VIH no ha desaparecido. Es esencial que la sociedad en su conjunto tome conciencia de cómo el VIH afecta la vida de las personas, para que de este modo podamos poner fin al estigma y la discriminación, y consigamos mejorar la calidad de vida de las personas que viven con el VIH.
(Con información de la ONUSIDA)