Aproximadamente 94 naciones están desarrollando vacunas para combatir el COVID-19, es una carrera contra reloj ya que han fallecido más de 250 mil personas en todo el mundo y hay más de 3.600.000 de contagiados, 4 países son los más avanzados, no obstante, a expertos le preocupan que se le de más importancia a la velocidad que a la efectividad.
El Político
Los cuatro países que están más avanzados en el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus de Wuhan, ya que todos están en la fase de probar los prototipos en seres humanos son China, Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, destacó VOA.
En EEUU, Trump presiona -diariamente- para que cientos de millones de vacunas estén disponibles para los ciudadanos a finales del 2020.
No obstante, algunos especialistas le preocupan que la velocidad sea más importante que la seguridad, y no haya garantía de la vacuna sea realmente efectiva.
El director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital de Niños de Filadelfia,Paul Offit, comentó: "Me preocupa, en realidad, que no vayamos a saber aspectos cruciales sobre seguridad y efectividad si vamos a hacer esto tan rápido".
Formas de desarrollar la vacuna
Según VOA los cuatro países que están más avanzados en la creación de la vacuna entran en una de estos tres métodos.
La Técnica Clásica, la cual consiste en "activar el Sistema inmunológico del paciente para que reaccione ante un virus, inyectándole una versión muerta del virus", en esta categoría se encuentran tres grupos de investigadores chinos, quienes realizan pruebas con virus desactivados.
El segundo método es usar un virus para combatir otro.Sea que ocasione C un microorganismo que cree COVID-19, ébola o el resfrío común, es como un "sobre con instrucciones para crear más virus".
Quienes emplean esta metodología toman un virus, "eliminan las instrucciones que tiene en su ADN y las remplazan con instrucciones para crear solo una parte del coronavirus".
Explican que "una inyección del virus modificado no causa la enfermedad. El virus infecta algunas de las células del paciente, pero en lugar de copias del virus esas células producen solo una pieza del coronavirus. El sistema inmunológico del paciente responde a la proteína del coronavirus para poder rechazar al invasor más tarde".
Esa metodología la están utilizando grupo de investigadores en China y otros científicos de Inglaterra.
La tercera forma de crear una vacuna es eliminando al intermediario. En este caso, "en lugar de enviarle instrucciones al virus, los investigadores inyectan código genético para una pieza del coronavirus directamente al paciente en la forma de ADN o ARN".
En esta categoría, entran dos grupos de científicos, uno que "trabaja con con vacuna ARN y uno con una vacuna ADN".
Cada técnica tiene sus ventajas y desventajas, el director adjunto del Centro de Vacunas de la Universidad Emory, en Atlanta, Walter Orenstein declaró: "No pondremos todos nuestros huevos en una misma canasta. Diferentes grupos están buscando ver que funcionará y qué podría no funcionar”, destacó VOA.
El sistema del virus muerto es el más probado y confiable. Pero matar el virus puede alterar su forma. El sistema inmunológico puede entonces responder al virus de forma diferente de lo que haría con un virus vivo.
Los medidores virales son una nueva estrategia, y no está claro qué tan bien funcionen los virus portadores de información para contrarrestar la enfermedad.
Además, las vacunas, por otra parte requieren de equipos especiales.
Científicos preocupados
Los científicos están preocupados por la exigencia de plazos, ya que este tipo de presión no llevara a tener definitivamente una vacuna es segura y efectiva.
Desarrollar una vacuna normalmente puede tomar unos 20 años. Es normalmente probada en decenas de miles de personas antes de ser aprobada y distribuida masivamente, debido a temas de seguridad que podrían no ser evidentes inmediatamente.
"Uno nunca sabe hasta poner las cosas dentro de un número grande de personas”, dijo Offit. “Entonces, y sólo entonces, encuentras cuál es la historia”.
La gente podría, sin embargo, bajar sus estándares para una vacuna contra el coronavirus.
"Porque la gente está razonablemente en pánico por este virus, creo que estarían dispuestas a aceptar un cierto nivel de riesgo que normalmente no aceptarían”, agregó Offit.
Ya que la velocidad es crucial, los fabricantes necesitan iniciar la producción incluso antes de saber si la vacuna funciona.
"Si eres un fabricante, cuál es tu disposición para fabricar cargamentos y cargamentos de dosis si luego resulta que la vacuna no funciona”, preguntó Orenstein.
"Y ¿cómo podríamos amortiguar el riesgo? ¿Debería haber un fondo para decir: ‘si desarrollas una vacuna, compraremos cuantas dosis hagas aunque tengamos que botarlas en el inodoro porque la vacuna no funcionó o es peligrosa’”?
Estados Unidos ha dado señales de tener acuerdos con dos firmas farmacéuticas por un total de 1.000 millones de dólares, que incluyen aumentar considerablemente la producción.
Los resultados de las vacunas están aún a meses de conocerse para todos los candidatos.