Una calle frente al terminal de autobuses de Boa Vista, del estado brasileño de Roraima, se ha convertido en el refugio de un grupo de venezolanos que emigró de su país huyendo de la crisis y en búsqueda mayores oportunidades de vida.
Según publica Efe, se trata de aproximadamente una decena de personas que pasan sus días a la intemperie y duermen en hamacas. Entre ellas se encuentra Sairelis Ríos, de 20 años de edad, desea ser traductora y quien colgó un cartel solicitando trabajo para cambiar su condición.
Dijo que sus sueños no serán truncados por “el fracaso de una revolución. “No estoy aquí por política”. Lo que me trajo aquí fue el fracaso de unas políticas”, declaró para Efe
En los últimos meses Boa Vista ha recibido unos 2.500 emigrantes de ese país vecino.
Con información de Sumarium