La inédita ola migratoria de los últimos años por la crisis económica, social y política ha generado grandes cambios demográficos que han terminado por convertir a Venezuela en un país de viejos y niños lo que, más allá de los dramas familiares particulares, tiene graves implicaciones para el presente y para el desarrollo futuro del país.
El Político
En 2015, el Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE) estimaba que para 2020 el país contaría con 32.605.423 habitantes.
Sin embargo, las proyecciones más recientes de la oficina de población de la ONU (UNPOP), calculan que para el año pasado Venezuela tenía 28.436.000 habitantes: unos cuatro millones de personas menos de lo esperado, una población similar a la existente en 2010, reportó la BBC.
Venezuela pierde población
Y es que según la ONU, Venezuela es el país del mundo que más población ha perdido en los últimos cinco años, incluso más que Siria, que está sumergido en una guerra civil.
Al mismo tiempo, Venezuela es el único estado de América Latina en perder habitantes en la última década.
Dado que la Oficina de la ONU para los Refugiados (ACNUR) señala que más de 5,6 millones de venezolanos han emigrado en los últimos años sería fácil atribuir esa pérdida de población solamente a la emigración.
La situación, no obstante, es más compleja.
Venezuela: un país de viejos y niños
Todos estos cambios han traído un nuevo panorama demográfico a Venezuela.
Según datos de la Encovi, ahora hay más hogares unipersonales, así como un mayor número de hogares encabezados por mujeres.
"Nuestra migración es principalmente masculina. Eso ha llevado a que sean las mujeres las que terminan asumiendo la jefatura del hogar y a que tengamos un porcentaje de hogares encabezados por mujeres por encima del 50%. No hay ningún otro país en América Latina que tenga un nivel de jefatura femenina tan elevado. El promedio de la región está en el orden del 36%", señala Anitza Freitez, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas.
Oportunidad perdida
Estos cambios en la conformación de la población de Venezuela -impulsados a su vez por la severa crisis social, económica y política que vive Venezuela- han significado la pérdida de una oportunidad única para el desarrollo del país.
"Si hubiéramos continuado con las tendencias que llevábamos y no hubiéramos pasado por este periodo de empobrecimiento generalizado; de contracción de la economía, de hiperinflación, se esperaba que viviéramos unas cuatro décadas durante las cuales la carga demográfica; iba a registrar sus niveles más bajos", dice Freitez a BBC Mundo.
"Eso significaba que tanto por el lado de la población infantil como por el de los adultos mayores; los requerimientos de inversión para satisfacer las necesidades básicas de esos grupos poblacionales no iban a ser tan apremiantes y; por lo tanto, podríamos concentrar más recursos en la formación de capital humano", agrega.