Aunque nadie lo desea, pareciera cada vez es más inminente la posibilidad de un nuevo apagón eléctrico en Venezuela, y según los expertos, con consecuencias peores a las ocurridas el 7 de marzo de 2019
Mario Beroes/El Político
Los cortes de luz cada vez son más comunes y más prolongados. Se producen a cualquier momento del día, y no hay distingo con la ciudad afectada. Hasta Caracas, la capital, los padece.
Respuesta oficial: Mas racionamiento
A finales de marzo la estatal Corporación Eléctrica Nacional de Venezuela (Corpoelec), anunció un plan para racionar la electricidad en seis estados del occidente del país, en momentos en que los cortes de energía se registran casi a diario en esas regiones.
Desde marzo, en las zonas andinas del país hay hasta nueve horas diarias sin luz, y las horas de servicio se alternan con los cortes en lapsos de tres horas.
La medida afecta a los estados Zulia, Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas, Portuguesa, Apure y Lara.
Venezuela arrastra problemas con el servicio eléctrico desde 2007, desde que Hugo Chávez estaba en el poder.
Los problemas fueron agravándose tras la llegada de Nicolás Maduro, y tuvo su climax en marzo de 2019, cuando se produjeron dos mega apagones a nivel nacional.
Ambos dejaron a oscuras hasta por 10 días a varios estados del país incluidos sectores de la capital, Caracas.
La falla en Guri
En aquel entonces, la causa de los apagones fue una falla en la Central HIdroeléctrica de Guri, o Raúl Leoni, ubicada en el estado Bolívar, al sur de Venezuela, que suministra el 60% de la energía eléctrica del país.
Dicho apagón fue lo suficientemente extenso para afectar el servicio en los 23 estados.
En el año 2020, el régimen de Nicolás Maduro, que argumenta que las fallas se deben a supuestos "sabotajes", "ataques cibernéticos" y a las sanciones internacionales de EEUU y otros actores de la comunidad internacional, aplicó programas de cortes debido a la inestabilidad del sistema eléctrico.
En algunas ciudades las interrupciones eran dos veces al día por seis horas y solo en los tres primeros meses de ese año fueron reportadas 17.251 fallas eléctricas en todo el territorio venezolano.
La crisis vuelve
Luego de la crisis de 2019 y 2020, la situación había mejorado en estados como Zulia, donde se registraban solo dos cortes de luz semanales.
Sin embargo, desde hace unos meses, los apagones prolongados han vuelto.
El ministro de Energía Eléctrica, Néstor Reverol, declaró de nuevo que los problemas del servicio eléctrico son la consecuencia de “un ataque”, y aludió a la existencia de “grupos delictivos que han vandalizado equipos de la Subestación Lagunillas, ocasionando afectación del servicio eléctrico a varios sectores del Estado Zulia.”
En el estado Barinas, también al occidente, hay tres bloques diarios de racionamiento desde marzo.
Hay varias plantas eléctricas que no están operativas y en ese problema, con mejoras y retrocesos, llevamos años.
La situación que vive el estado llanero ahora es la peor desde el apagón general de marzo de 2019.
Las causas
Un nuevo informe del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), señala que las fallas que se registran casi a diario en varios estados y la capital venezolana son consecuencia de la falta de mantenimiento del sistema eléctrico nacional.
Las instalaciones eléctricas presentan deterioro, particularmente las centrales termoeléctricas que otrora conformaban el sistema de respaldo en temporadas de sequía o en caso de una avería en la hidroeléctrica de Guri
Los expertos insisten en que las fallas en el sistema se presentan por la errada gerencia de las inversiones en el sector.
El sistema eléctrico venezolano continúa inestable y vulnerable, y los problemas de hace tres años siguen existiendo; continúa la corrupción.
Pdvsa dejó de producir el combustible que se necesitan y en su defecto debió recurrir a los gasoductos. Ahora, para transportar estos gases se necesita una cantidad de gandolas que no están disponibles y tampoco las vías están en buen estado.
El sistema eléctrico sigue en pésimas condiciones. No hay recurso humano calificado para que haga los mantenimientos y como consecuencia se está sobreexplotando la capacidad energética del Guri.
“La poca energía que se produce está en el bajo Caroní. Eso hay que sacarlo a través de líneas de transmisión y no se le hace mantenimiento, pero además debieron haber sido sustituidas o ampliadas y no ocurrió. Se sobrepasa los límites de transmisión de esos cables y se presentan fallas”, señala el trabajo del CIV.
En 2005, el régimen "chavista" inició la construcción de la central hidroeléctrica Tocoma, que generaría 2.160 MW, es decir 70% de la producción nacional de electricidad para no sobreexplotar la Hidroeléctrica Simón Bolíva.
En 2012, el entonces ministro de Energía Eléctrica, Héctor Navarro, inauguró la primera unidad, pero solo se activó en 205 MW.
Cuatro años más tarde Tocoma no estaba operando, a pesar de que inicialmente su presupuesto fue de $ 3.000 millones; luego en 2013 ascendió a $ 7.000 millones y finalmente se le asignaron $ 9.365 millones.
El informe del CIV afirma que aunque se ponga a funcionar Tocoma no habría manera de distribuir su energía a los sistemas de transmisión pues el “60% de la estructura está deteriorada.